Daniel Noboa reafirma el rumbo conservador de Ecuador en América Latina

 

Ecuador

Daniel Noboa fue reelecto presidente de Ecuador este domingo 13 de abril en la segunda vuelta electoral, al imponerse sobre Luisa González, la candidata del correísmo. Su victoria refuerza la permanencia del país dentro del bloque de gobiernos de derecha en América Latina.

Aunque Noboa insiste en definirse como un líder de “centro izquierda, bien pegado al centro”, ha manifestado que las etiquetas tradicionales ya no definen adecuadamente las ideologías actuales. En una reciente declaración, explicó que “las ideologías ya no son de dos dimensiones y ya no es izquierda o derecha, las ideologías son más abstractas, multidimensionales...”.

Pese a su narrativa de centralidad, el presidente ha asumido posturas que lo alinean con sectores conservadores de la región. Un ejemplo concreto fue la firma del “Compromiso público por la niñez y la vida” con el colectivo Sociedad y Familia, el pasado 10 de marzo. El documento lo compromete a impulsar políticas en contra del aborto, la eutanasia y los derechos de la población LGBTIQ+, además de promover medidas de seguridad más estrictas y limitar la migración.

Desde su liderazgo en el movimiento Acción Democrática Nacional (ADN), Noboa ha reiterado su molestia por los intentos de encasillarlo políticamente, aunque reconoce que posicionarse al centro “permite conectar con el 80% del electorado que no se identifica con los extremos”.

Sin embargo, análisis independientes lo ubican con claridad en la derecha del espectro ideológico. Un estudio del Centro de Investigación para la Democracia en Latinoamérica (CIDLATAM), posiciona a Noboa como el candidato más derechista en lo económico, con una tendencia social más moderada, aunque aún conservadora.

La continuidad de Noboa también tiene implicaciones regionales. A diferencia de la mayoría de países sudamericanos, donde predominan gobiernos de centroizquierda o izquierda, Ecuador mantiene una postura más cercana a Washington, especialmente con figuras republicanas como Donald Trump, con quien Noboa se reunió informalmente en su club privado de Florida.

Esta afinidad podría favorecer las relaciones bilaterales, especialmente en materia comercial y de seguridad. Al mismo tiempo, representa un revés para los aliados regionales del correísmo. Durante la campaña, González había anticipado que restablecería vínculos diplomáticos con México —en conflicto con Ecuador tras el asalto a su embajada— y con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, como parte de un plan de repatriación de migrantes.

Con esta reelección, Ecuador confirma su rumbo hacia políticas de corte conservador, distanciándose del eje progresista regional y fortaleciendo su vínculo con agendas más alineadas a la derecha internacional.

Fuente: El Universo

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