¿Nuevo (des)orden mundial?

 

Por: @OrlandoGoncal

Muchos de los conflictos que hemos visto en el mundo actual tienen sus orígenes en los procesos de negociación que las grandes potencias hicieron sobre el futuro de países y territorios, repartiéndose el pastel de los recursos naturales y trazando líneas fronterizas a diestra y siniestra, sin contar con las poblaciones afectadas.

Recuérdese que en 1884-1885 en Berlín, la conferencia en la que se formalizaría el reparto entre las potencias de Europa de todo el continente africano. 

O la Convención Tripartita de 1899, donde Alemania, Gran Bretaña y los Estados Unidos celebraron una conferencia y forzaron a los samoanos a un acuerdo para dividir sus islas entre las dos potencias.

Otro hecho fue en 1938, donde británicos y franceses se reunieron con el dictador fascista italiano Benito Mussolini y con el alemán Adolf Hitler para firmar lo que se conocería como el Acuerdo de Múnich. Acuerdo que pretendía evitar que la guerra se extendiera por Europa, y que evidentemente no funcionó.

En 1938, 32 países se reunieron en Évian-les-Bains, Francia, para decidir qué hacer con los refugiados judíos que huían de la persecución en la Alemania nazi. Golda Meir (la futura líder israelí) asistió a la conferencia como observadora, ni a ella ni a ningún otro representante del pueblo judío se les permitió participar en las negociaciones.

El Pacto Molotov-Ribbentrop, tratado que garantizaba que la Unión Soviética no respondería cuando Hitler invadiera Polonia. Sin embargo, esto le permitió a Stalin expandirse a Rumania y los estados bálticos, atacar Finlandia y tomar su propia parte del territorio polaco, mientras Hitler avanzaba sobre el resto de Europa, y luego sobre la propia Unión Soviética. 

Luego de la derrota de Hitler, la conferencia de Yalta, los "tres grandes" (Churchill, Stalin y Roosevelt) decidieron la división de Alemania, mientras que a Stalin también se le ofreció una esfera de interés en Europa del Este.

Todo lo anterior creó el orden mundial que hasta hoy tenemos y que sin dudas tres actores nuevos Trump, Putin y Xi Jinping, están desordenándolo para crear un nuevo orden mundial que, al mismo estilo de los casos anteriormente mencionados, sin considerar a los ciudadanos, y como dioses todos poderosos, buscando imponer sus condiciones.

Siguiendo esa línea, en la actual guerra de Ucrania, los Estados Unidos se sienta a negociar directamente con Rusia, dejando por fuera a Ucrania y a la Unión Europea, y lo hace además en Arabia Saudita, es decir, en un país que definitivamente no es democrático y donde dos actores (Putin y Trump) pues tampoco son los máximos representantes de la democracia. 

A todas estas Europa cierra filas ante las amenazas del presidente Trump por su forma de “negociar” el conflicto excluyéndolos, y ante las amenazas de dejar la OTAN, respaldan a Zelensky, quien mientras a Ucrania le tocaba realizar elecciones presidenciales el pasado 2024, él declaraba la Ley Marcial y arrinconaba legalmente a toda la oposición ilegalizando a once partidos políticos, y todo ello con la excusa de la invasión rusa, con lo cual se ancla al poder, mientras los “demócratas” europeos miran para otro lado.

Este conflicto tiene múltiples aristas, pero pareciera claro que Putin, busca dominar el Donbas y que al controlar ya Crimea le da una barrera de protección que sería el Mar de Azov.

Por su parte, los EE.UU. van (y así lo han dicho abiertamente) por lo que se estima el 5% de las "materias primas esenciales" del mundo que se encuentran en Ucrania, las cuales incluyen 19 millones de toneladas de reservas probadas de grafito, un tercio de todos los yacimientos europeos de litio, el 7% de la producción mundial de titanio, así como un grupo de 17 elementos presentes en las tierras ucranianas que se utilizan para producir armas, turbinas eólicas, componentes electrónicos y otros productos vitales en el mundo moderno.

Por cierto, al momento de escribir este artículo ya es noticia que Zelensky posiblemente viaje el viernes a firmar el acuerdo que le permita a los EE.UU. la explotación de esas riquezas de Ucrania.

Luego de medio millón de muertos y lisiados, con una Ucrania como país fallido, el Donbas destruido, un posible acuerdo de Paz, realmente será una mera tregua, porque una Paz, firmada sobre la sangre, los muertos, el luto y fundamentalmente el odio que reina en la región entre esos países, no será una Paz estable y menos aún duradera.

Mientras, China sigue enfocada y a paso reforzado en la construcción de su muy estratégica “ruta de la seda”.

Nuevamente, la historia se repite. Unos “lideres” con intereses económicos y geoestratégicos de acumulación de poder muy claros (la democracia no esta en esa lista) sin considerar a los ciudadanos, están creando un nuevo (des)orden mundial.

Amanecerá y veremos.


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