Menos del 3%: El peso de la irrelevancia y los grandes olvidados de las elecciones en Ecuador

 

Por: Sharon Jiménez

Las elecciones presidenciales de Ecuador el pasado febrero del 2025 dejaron una lección clave sobre la imagen pública y la comunicación política. Mientras los dos grandes contrincantes capturaron el 88.24% de los votos, el movimiento indígena alcanzó un 5.25% y Andrea González sorprendió con un 2.69%, el verdadero fenómeno se encuentra en los 12 candidatos restantes que, en conjunto, solo obtuvieron el 3.82% del voto. A pesar de sus esfuerzos, muchos de ellos se viralizaron en redes sociales pero no lograron consolidar una presencia real en la mente del electorado.

Este resultado evidencia una falla estructural en la construcción de su imagen pública. En política, la visibilidad no lo es todo,  una imagen pública sólida se construye alineando tres elementos esenciales: el discurso, lo audiovisual y la emoción. Cuando estos tres factores trabajan en conjunto, se crea una percepción duradera en el electorado. Si uno de estos falla, el candidato queda vulnerable al olvido o, peor aún, al ridículo.

¿Qué es el Triángulo del Impacto?

El Triángulo del Impacto es un modelo que usamos en Foderj Positions que plantea que la imagen pública efectiva debe sostenerse en tres pilares fundamentales:

  1. Discurso: No basta con hablar, hay que comunicar un mensaje poderoso, coherente y que resuene en la audiencia.

  2. Audiovisual: La imagen que proyecta un candidato refuerza (o debilita) su mensaje. La puesta en escena, el lenguaje corporal y la producción visual influyen en la percepción del electorado.

  3. Emoción: Los votantes no recuerdan solo lo que un candidato dice, sino cómo los hace sentir. Sin un componente emocional fuerte, la conexión con la ciudadanía se diluye.

Cuando estos tres elementos trabajan de manera coordinada, se logra una imagen pública sólida, capaz de influir en la percepción del electorado y generar adhesión. Sin embargo, si un candidato no desarrolla estos pilares, corre el riesgo de caer en la irrelevancia.

La ilusión de la viralidad: cuando la imagen pública no se consolida

Las redes sociales han democratizado la visibilidad, permitiendo que candidatos con pocos recursos puedan alcanzar audiencias masivas. Sin embargo, muchos de los candidatos "desapercibidos" confundieron interacción con impacto. Viralizarse no significa necesariamente generar confianza, credibilidad o movilización.

El discurso político no solo debe comunicar un mensaje; debe generar una respuesta emocional. Si el candidato no logra conectar con una necesidad, aspiración o temor del electorado, su mensaje se diluye. Es aquí donde el discurso y la emoción juegan un rol crucial: una narrativa política efectiva debe ofrecer un sentido de pertenencia y dirección.

En el caso de los candidatos con resultados marginales, sus discursos carecieron de una narrativa lo suficientemente resonante. Algunos buscaron diferenciarse con mensajes disruptivos, pero sin un sustento ideológico o emocional claro. Otros, apelaron a la indignación, pero sin traducirla en una propuesta concreta de cambio.

La fuerza del audiovisual en la construcción de liderazgo

El segundo pilar del "Triángulo del Impacto" es el uso de lo audiovisual como una extensión del discurso. En un mundo dominado por la imagen, la manera en que un candidato se presenta visualmente refuerza o debilita su mensaje.

Muchos de los candidatos minoritarios optaron por estrategias audiovisuales improvisadas, sin coherencia entre su mensaje, su puesta en escena y su imagen personal. En contraste, los candidatos con mejores resultados manejaron una estrategia visual alineada con su narrativa: colores, escenarios, encuadres y hasta el tipo de vestimenta contribuyeron a reforzar su mensaje político.

En este sentido, el audiovisual no es solo una herramienta de difusión, sino un mecanismo de construcción de identidad política. Quien no maneja adecuadamente este recurso, corre el riesgo de ser percibido como incoherente o irrelevante.

Emoción y conexión: el vínculo que define el voto

Finalmente, está el componente emocional. En política, las personas no recuerdan solo las propuestas, sino cómo los candidatos las hicieron sentir. La confianza, la esperanza, el temor o la inspiración son factores determinantes a la hora de decidir un voto.

Los candidatos que quedaron relegados al 3.82% de la votación no lograron despertar una emoción lo suficientemente fuerte en el electorado. Algunos intentaron generar simpatía o humor, pero no lograron traducir eso en adhesión política. Otros apostaron por la confrontación, pero sin una base sólida que canalizara esa indignación en apoyo real.

El desafío de los candidatos minoritarios en futuros procesos electorales

El fenómeno de los candidatos “desapercibidos" en Ecuador deja una enseñanza clara: en la comunicación política, la imagen pública debe ser estratégica y no solo reactiva. La visibilidad sin un discurso potente, sin una estrategia audiovisual coherente y sin una emoción que genere conexión no tiene valor electoral real.

Ser candidato no es solo aparecer en la papeleta; implica responsabilidad, liderazgo y una estrategia clara para conectar con el electorado. Si un político no tiene un mensaje sólido, una imagen poderosa y una conexión real con la gente, está condenado al fracaso.

Esta crisis de representación y el fracaso de los candidatos minoritarios para consolidarse no solo afectan a los aspirantes individuales, sino que tienen un impacto preocupante en la sociedad. Cuando la política se reduce a dos polos dominantes y las opciones alternativas no logran posicionarse, se incrementa el desencanto ciudadano y la desconfianza en el sistema democrático. La falta de figuras frescas y viables desalienta la participación electoral, lo que puede traducirse en mayores niveles de abstención y apatía política.

Ecuador acaba de vivir una elección que, más allá de sus resultados obvios, nos muestra la importancia de la imagen pública en la construcción del liderazgo político. También, nos deja una advertencia clara: si un candidato no logra su Triángulo del Impacto, él mismo está condenando a caer en el Triángulo de las Bermudas, desapareciendo de la esfera política sin dejar rastro.

Fuentes

Para este artículo se han consultado los datos oficiales del Consejo Nacional Electoral de Ecuador (CNE) y el Informe Especial Post-Debate de Péndulo, que analizó el desempeño de los candidatos en el debate presidencial y su impacto en redes sociales.

Semblanza: 

Sharon Jiménez es abogada, CEO de Foderj Position y comunicadora política con una amplia trayectoria en el servicio público. Ha liderado importantes campañas, como la promoción de la Ley de la Leche en Ecuador, y ha sido reconocida con el Reed Latino y el Napolitan Victory Award por su trabajo en el documental Sicariato Digital. Con experiencia en imagen pública, gestión de crisis y políticas de género, ha contribuido a la creación de estrategias de comunicación que han tenido un impacto en la legislación y la sociedad.


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