La nueva operación electoral y la Inteligencia Artificial

 



Por Fernando Mejorado

 

No se puede entender la operación electoral de estos tiempos sin la integración de la Inteligencia Artificial (AI).


John McCarth, matemático, fue quién habló por primera vez de este término en el año 1956. Sin embargo antes, en 1950 Alan Turing había publicado “Computing Machinery and Intelligence” en donde aseguraba que las maquinas de computo podían pensar.


En las decadas 80 y 90 la AI tuvo un auge a partir del desarrollo de algoritmos de aprendizaje automático y los modelos informáticos, como exigencia de los procesos administrativos y de ventas de las organizaciones, que algunas campañas utilizaban también.


Al preguntarle al Chat Meta sobre la relación entre los algoritmos y la AI, éste asegura que los primeros son el corazón de la AI. Por su parte, la respuesta de Chat GPT no es diferente y me explica que para entenderlo mejor, describe cuatro bases: 

  1. Los algoritmos son instrucciones

  2. La inteligencia artificial usa algoritmos para aprender y tomar decisiones

  3. Tipos de algoritmos en inteligencia artificial:

Aprendizaje supervisado: Aprende a partir de datos etiquetados 

Aprendizaje no supervisado: Encuentra patrones sin etiquetas previas. 

Aprendizaje por refuerzo: Aprende mediante prueba y error.

  1. Los algoritmos avanzados impulsan el aprendizaje automático (machine learning)

Muchas aplicaciones de AI dependen de este aprendizaje, donde los algoritmos mejoran con la experiencia y los datos.


Lo que me explican los chats inteligentes es que, en la medida que los utilicemos más, los algoritmos guardarán las experiencias, las relacionarán, las desarrollarán y las convertirán en conocimiento para el mismo usuario. Sí, así como el modelo de aprendizaje de los seres humanos en las primeras etapas de su vida.


Por ejemplo, algunos de los programas de activismo ya hacen uso de las herramientas de la AI para optimizar tiempos, actividades, guiones por comunidad, secciones electorales rentables, movilización, accesibilidad, etc.


El plan de activismo, aunque con adecuaciones y actualizaciones, mantiene su esencia. Se trata de la agenda de acciones en tierra, proyectada a medios y redes, con el objetivo de promocionar la apariencia, los atributos y la propuesta. El gran propósito es transformar fortalezas en votación efectiva y aumentar el caudal de votos.


Operación electoral es articular, entrenar y dirigir esfuerzos. El objetivo de la operación electoral es integrar tres poderosas redes: operadores políticos, voceros en tierra y las estructuras electorales.


Las estructuras electorales son dos: Activismo, que es la promoción y movilización; y la de Representación, entendida por los representantes de casilla (RC) y representantes generales (RG).


El activimo electoral es planear, contactar, promover, convencer, registrar y movilizar. Se trata de actividades que se suceden o se derivan entre sí y la inteligencia artificial ha sido de gran ayuda para que los promotores y sus lideres de campo eficientizen los esfuerzos para alcanzar sus metas en los tiempos determinados.


El promotor de campaña es un vínculo entre los electores y el candidato y con una gran capacidad de expresión para posicionar al candidato, es un soldado de la campaña. Es el encargado de persuadir o disuadir, convencer, motivar y movilizar a los electores que simpaticen con el candidato. 


El esquema sigue siendo el mismo:

  1. ¿De dónde y cómo vamos a obtener los votos suficientes para ganar?

  2. Identificar oportunidades en los sectores políticos, sociales y regionales más rentables

  3. Calcular el peso electoral de cada grupo y actor para determinar tamaño de los acuerdos y alianzas. 

  4. Diseñar los contenidos de la comunicación electoral y el mensaje a posicionar.

  5. Pactar agenda de reuniones, operar y convertirlos en operadores de la campaña


Los elementos de la comunicación en tierra tampoco se han modificado:

  1. ¿Quién habla por nuestra campaña, quién nos defiende en tierra y quién contiene las agresiones?

  2. Luego del análisis de rentabilidad, se determinan las comunidades que formarán nuestros pilares electorales y en donde operarán activistas, promotores y equipo de campaña permanentemente, detonando la comunicación en tierra

  3. Se diseñan los contenidos de comunicación, según la etapa de la campaña y la coyuntura política del momento

  4. Se detectan personas afines al proyecto, se forman células en puntos específicos del territorio estatal y se entrenan como activistas en técnicas de rumor y persuación

  5. Se construyen tres grandes ánclas: células territoriales, movimientos de apoyo y células digitales


La operación electoral se deriva de la estrategia política de la campaña, traducida a la estrategia de comunicación con el objetivo de convertir a los aliados en voceros de la campaña, para los cual se requiere la integración de un equipo de operadores con habilidades de relacionismo, cálculo político y negociación para influir usando todo canal de comunicación a su alcance y redes de poder para crear las estructuras suficientes para ganar la elección.


El mejor vocero es el equipo de campaña. Esto es casi un teorema porque los estudios de opinión aseguran que las personas creen en las personas, mientras que los intrumentos de comunicación como el spot un espectacular o un volante ayudan a consolidar el posicionamiento del perfil socio-político del candidato.


La operación electoral se realiza en tierra y se replica en redes sociales, lo que le permite amplificar cada esfuerzo de la campaña. Bueno pues, para que prácticamente todos estos procesos sean capitalizable, la AI es una herramienta que pueda optimizar tramos y resultados.


Después de la pandemia de COVID-19 los procesos de operación electoral cambiaron. La necesidad de partidos y candidatos de estar comunicados con sus electores llevó a la utilización de herramientas virtuales que ya se utilizaban hace mas de 70 años en el desarrollo de programas científicos.


La vida y las relaciones de las personas cambió después de la pandemia. Sus hábitos de compra, de alimentación y de reunión, se transformaron sensiblemente. Las familias se acostumbraron a solicitar comida preparada y entregada en las puertas de su casa; el trabajo “home office” surgió y las reuniones sociales masivas ya no son una necesidad.


Todos estas circunstancias limitaron la agenda pública de los políticos y los obligó a ser más creactivos y efectivos en sus reuniones, a amplificarlas, a crear narrativas que formaran grandes relatos y mensajes.


Surgió entonces (quizás solo se revitalizó) el Activismo Digital realizado mediantes microcampañas que motivan y movilizan a los simpatizantes e integrantes de los grupos de apoyo de la campaña. Se trata de un modelo de activismo virtual pero con todos los elementos para aterrizarlas y capitalizarlas.


La idea del activismos digital, apoyado por la AI es crear una ola de conversación cuidadana favorable al proyecto, que pueda ser capitalizable en percepción de triunfo y aumento en el caudal de votos.   


También se forman estructuras a través de grupos virtuales, se nombran voceros en redes sociales, se crean contenidos especiales para el activismo digital buscando una narrativa, se amplifican los esfuerzos mediantes la publicación en stories, post, podcast o reels. Y también se lleva a cambo un registro de activistas y promovidos.


Hay tres ejes estratégicos del activismo digital: (1) Diseño de microcampañas para el posicionamiento; (2) Creación de nichos electorales por colonia o calle; y (3) Provocar la conversación pública favorable, planeando semanalmente a comunicación para liderar medios y redes.


Finalmente, no hay vuelta atrás. Cada vez se irá desdibujando la diferencia entre el activismo en tierra y el activismo digital. La operación electoral no volverá a ser la misma con la irrupción de la AI.  


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