Por: Alexis Vladimir Castillo Medel.
Estratega y Analista Político.
Colaborador en el STUDIO K.
IG @alexis_medelc
El ritmo acelerado de los avances tecnológicos hace difícil mantenerse al día, especialmente cuando se trata de la forma en que se comunican los mensajes a través de grandes audiencias digitales. Las herramientas disponibles en las redes sociales se han vuelto más sofisticadas, inmersivas y efectivas, lo que las convierte en aliados poderosos para las campañas electorales.
La IA, por ejemplo, permite segmentar los mensajes con mayor precisión, identificando tendencias y patrones que revelan los temas más relevantes para los votantes de una determinada área. Esto facilita que los mensajes de campaña tengan un mayor impacto y efectividad. Sin embargo, el mismo análisis de datos también puede ser mal utilizado, generando desinformación o incluso fake news que afectan la percepción pública.
Un claro ejemplo de este fenómeno es el uso de videos generados por IA, que recrean imágenes de personas. Aunque esta práctica no es nueva, ha aumentado en popularidad gracias a las nuevas tecnologías, y su potencial para manipular la realidad es cada vez más convincente. En este contexto, los videos pueden ser cuestionados en su validez, pero lo que realmente preocupa son los audios generados por IA. Las locuciones fabricadas pueden afectar a las figuras políticas durante una campaña electoral, creando una amenaza real de desinformación.
No todo es negativo, sin embargo. La IA también ofrece enormes oportunidades para mejorar la creación de contenido. Dada la creciente demanda de contenidos digitales, la IA se ha convertido en una herramienta clave para generar material que conecte con las audiencias en las redes sociales. En este sentido, su uso está ayudando a las campañas a ser más efectivas, siempre y cuando se utilice de manera ética y responsable.
En América Latina, donde las campañas electorales a menudo están expuestas a la vulnerabilidad digital, la IA puede ser un arma de doble filo. La falta de regulaciones claras sobre su uso en el ámbito político deja espacio para su manipulación, permitiendo que quienes sepan aprovechar la tecnología puedan ganar ventaja, aunque a veces de manera cuestionable. Sin duda, la IA ha transformado la comunicación digital en el ámbito político, y es esencial que se establezcan medidas de control para evitar abusos.