Aprendiendo a hacer campañas

 

Por: Jorge Imhof

Hace unos días Daniel Agosti, mi socio con quien cree y dirijo I Latina, me hizo notar que nuestra compañía cumple diez años y caí en la cuenta que llevo otros tantos, en realidad más, aprendiendo a hacer campañas.

Esta profesión me ha llevado por tres continentes, doce países, y un número que ya no recuerdo de ellas, entre las que se cuentan cinco presidenciales y la comunicación de cuatro gobiernos nacionales y en ese recorrido, por más duro que seas, inevitablemente algo aprendes.

El aniversario creo que es una ocasión propicia para rescatar y compartir algo de ello y para agradecer a algunos de los maestros que me han acompañado en el camino, así que aquí les va.

De mi socio aprendí que no somos para tanto. Aprendí a tomar dimensión de las cosas, a verlas en perspectiva y a aplicarlo en mí y en el día a día. Aprendí que puedo tener socios, cosa que no creía, que no hay pollo grande que pese poco, que pensar distinto a veces es más enriquecedor que pensar siempre igual y que podemos pensar exactamente lo mismo de maneras diferentes. Aprendí muchas cosas de Daniel, lo hago todo el tiempo, entre ellas que ninguna bala parará este tren.

De Carlos Souto, con quien trabajé mucho tiempo, aprendí que todos podemos ser creativos, que para ser estratega hay que tener algo de creativo, si no solo eres un lector de investigaciones, y que si eres un buen creativo, aunque no lo sepas tienes algo de estratega, porque para poder crear tienes que pasar, aunque sea de modo inconsciente, por un planteo estratégico.  

De Luis David Duque aprendí que una estrategia se puede resumir en una sola palabra y que cuando esto sucede esa estrategia es poderosísima. Aprendí que la generosidad no tiene límites, que ganar no te hace inmortal y que perder duele mucho pero no es la muerte de nadie. Que hay que saber ganar y saber perder, que para lo primero hay que ser grande y para lo segundo más grande todavía y Lucho es enorme siempre, en la vereda del sol y en la de la sombra.

Fernando Dopazo me enseño que el cerebro puede almacenar mucha más información, inteligencia y conocimiento del que yo jamás hubiera imaginado. Y me enseñó también que con esa información, ese conocimiento y esa inteligencia se pueden elaborar estrategias tan claras que las ideas y los mensajes se te caen solos de los bolsillos. Nada estimula más la creatividad que una contraparte inteligente.

De Mauricio De Vengoechea aprendí que si uno piensa que está trabajando en una sola campaña la está perdiendo, porque la campaña no es una, si no muchas campañas dentro de una y que para ganar hay que visualizarlas y ganarlas todas o al menos la mayoría o las más importantes

Entre tantas cosas, de Juan Courel aprendí que las elecciones generalmente las define Corea del centro votando por Corea del norte o Corea del sur y que si quieres ganar tienes que conocer qué es lo que  los lleva a esos coreanos a un lado o al otro.

De Fernando Gavilanes, que se puede ser grande sin andar gritándolo, que siempre hay que animarse, porque lo que a veces parece que no es posible se puede dar, que hay que saber bajarse a tiempo y que también se puede ser firme, ordenar y mandar en voz baja. 

Daniel Ivoskus me enseñó que hay lugar para todos, que cada uno tiene su lugar siempre que lo quiera y se lo sepa ganar y que en esta profesión se aprende compartiendo.

A Xavi Domínguez lo dejé intencionalmente para el final. Xavi me enseñó que se puede competir y cooperar a la vez, que a la vez también se puede ser estratega y creativo y que una cosa no quita la otra si no que la potencia. Que siempre hay que trabajar con los mejores, que hay que sacudir el árbol para que caigan manzanas y eso se llama provocar, que la primera pregunta que hay que hacer siempre es ¿dónde se come? y que se puede mentir, pero no engañar. Aprendí también que hay dos personajes en este circo que tienen los dedos de los pies pegados y que la verdad eso es apenas un detalle porque los unen y tienen muchas más cosas en común que eso.

Lo que hago y hacemos en I Latina es traducir estrategias en comunicación que conecta con las emociones de la gente para poder participar de sus procesos de percepción, valoración y decisión. Pero para ello hay que partir de esas estrategias y a ser sinceros en estos años hemos tenido la fortuna y el privilegio de trabajar con un dream team de estrategas.

Hace poco alguien me preguntó ¿Con qué consultor no trabajarías? Y la verdad que no encontré la respuesta. Tuve la suerte de trabajar con los mejores. Seguramente habrá otros, capaz tan buenos como ellos, con los que todavía no he tenido la posibilidad de coincidir en proyectos, pero volvería a trabajar con ganas con todos y cada uno de los que lo he hecho y no encuentro motivos para no hacerlo con los que no lo he hecho todavía, tendría que imaginarlos.

Ser agradecido no es una virtud, es una obligación y como ya se habrán dado cuenta tengo mucho que agradecer.

En estos años aprendí mucho también del Pelado, de Ricky, de Diego y de Jero y lo sigo haciendo todos los días. Seguramente me olvidaré de alguno, pido de antemano las disculpas del caso.

Como dice la canción de Pedro Capó “Gracias a tus enseñanzas. Si la cago, me corrijo. Fijo el ojo, voy a todo, consigo mis objetivos, nos zumbamos y si fallamos, desciframos el acertijo, mijo. Bendición y gracias, to’ lo que nos pasa tiene una razón…”


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