Yoon Suk-yeol, en la cárcel tras desencadenar una crisis política sin precedentes en Corea del Sur

 

Corea del Sur

El nombre de Yoon Suk-yeol quedará marcado en la historia de Corea del Sur, aunque no por los motivos que él esperaba. A los 64 años, el presidente ha hecho historia al convertirse en el primer mandatario en ejercicio del país que termina tras las rejas, y su gestión ha sumido a la nación en una de las crisis políticas más profundas de las últimas décadas.

A principios de diciembre, Yoon intentó imponer la ley marcial en un intento de consolidar su poder, lo que desató una ola de protestas masivas en todo el país. La medida fue tan controvertida que, días después, el Parlamento, dominado por la oposición, comenzó el proceso de destitución del presidente, aunque la Corte Constitucional aún debe determinar si la decisión es definitiva.

Este miércoles, Yoon fue arrestado en su residencia presidencial en Seúl tras una confrontación entre sus guardaespaldas y las fuerzas de seguridad, un tenso enfrentamiento que había comenzado semanas antes. El 3 de enero, los intentos por aprehenderlo fueron frustrados, pero un operativo a gran escala con más de mil agentes culminó en su arresto. Fue llevado a un centro de detención en las afueras de Seúl.

Nacido en Seúl en 1960, Yoon alcanzó notoriedad como fiscal, destacándose en casos de corrupción de alto perfil, como el que involucró a la entonces presidenta Park Geun-hye en 2016. Su imagen de luchador contra la corrupción, junto a su discurso "antifeminista" que resonó en una sociedad surcoreana dividida por cuestiones de género, lo catapultó al mundo político. En las elecciones presidenciales de 2022, Yoon se impuso por un margen estrechísimo a Lee Jae-myung, candidato del Partido Democrático, con un mensaje centrado en la lucha contra la corrupción.

Sin embargo, las promesas de cambio de Yoon rápidamente se vieron empañadas por escándalos personales y políticos. La acusación más significativa fue la que involucró a su esposa, Kim Keon-hee, quien fue grabada aparentemente aceptando un costoso bolso de Dior. A pesar de las disculpas públicas de Yoon, la investigación no se llevó a cabo, lo que dañó aún más su imagen.

Además, comentarios polémicos, como aquellos en los que descalificaba a congresistas estadounidenses, y su defensa del exdictador Chun Doo-hwan, generaron una ola de críticas y obligaron al presidente a retractarse.

Yoon ha mantenido una postura dura frente a su vecino del norte, Corea del Norte. A diferencia de sus predecesores, que apostaron por el diálogo, Yoon ha optado por un enfoque más confrontativo, reforzando las capacidades militares de Corea del Sur y aumentando la cooperación con Estados Unidos y Japón, a pesar de las tensiones históricas entre estos países.

El golpe más reciente a su gobierno ocurrió tras las elecciones legislativas de abril de 2024, en las que su partido sufrió una humillante derrota, perdiendo el control de la Asamblea Nacional. Este revés político dejó a Yoon con un poder limitado, incapaz de aprobar leyes y sometido a un proceso de bloqueo legislativo.

La situación se agravó en diciembre cuando, en un giro inesperado, Yoon decretó la ley marcial, suspendiendo al Parlamento, los partidos políticos y los sindicatos, e imponiendo censura a los medios de comunicación. La medida fue percibida como un intento de instaurar un gobierno autoritario y desató protestas masivas. Aunque Yoon intentó corregir su postura, la destitución parecía inevitable.

Ahora, enfrentando cargos de insurrección y abuso de poder, Yoon Suk-yeol se enfrenta a un juicio que podría costarle no solo la presidencia, sino también su libertad y, posiblemente, su vida. Mientras tanto, el pueblo surcoreano se prepara para decidir su futuro, en un momento de incertidumbre y desconfianza hacia su líder.

Fuente: BBC

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Sufragio El Podcast