Estados Unidos
A principios de enero, el Congreso de los Estados Unidos inició su 119ª legislatura, marcando el inicio de una nueva era política con la toma de posesión de Donald Trump como presidente y J.D. Vance como vicepresidente, tras prestar juramento en el Capitolio. En su discurso inaugural, Trump reafirmó su compromiso con la agenda "Estados Unidos Primero", delineando las prioridades de su segunda administración.
De acuerdo con la legislación estadounidense, el presidente recibe un salario anual de 400.000 dólares, que se paga de forma mensual. A esto se le suman asignaciones para cubrir sus funciones oficiales, entre ellas 50.000 dólares para gastos relacionados con su labor, además de 100.000 dólares para viajes y 19.000 dólares para entretenimiento. En su mandato anterior, Trump destinó su salario a diversas agencias gubernamentales, una práctica que podría repetir en esta nueva administración, según detalló FOX Business.
Por su parte, el vicepresidente J.D. Vance percibirá 235.100 dólares anuales. Este salario se mantiene congelado debido a una medida de la Ley de Alivio Estadounidense de 2025, que impide aumentos salariales para altos funcionarios políticos hasta marzo de 2025. Esta decisión está sujeta a futuras evaluaciones del Congreso.
En cuanto a los líderes del Congreso, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, recibirá un salario anual de 223.500 dólares, mientras que los líderes de las mayorías y minorías en ambas cámaras y el presidente pro tempore del Senado perciben 193.400 dólares anuales, una cifra sin cambios desde 2009, según The Associated Press.
Los miembros del gabinete presidencial designados por Trump, una vez confirmados, recibirán salarios superiores a los 200.000 dólares anuales, lo que los sitúa entre los funcionarios mejor remunerados del gobierno federal.
La toma de posesión de Trump y Vance se produce en un contexto de colaboración entre el Ejecutivo y el Legislativo. En una declaración conjunta, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, y otros líderes republicanos señalaron que Estados Unidos está “en el umbral de una nueva era” y reiteraron su disposición a trabajar junto al presidente para implementar la agenda “Estados Unidos Primero”.
Por su parte, el líder de la mayoría en el Senado, John Thune, expresó su disposición a colaborar con la administración de Trump para “construir un futuro brillante para el pueblo estadounidense”. El presidente pro tempore del Senado, Chuck Grassley, también celebró la inauguración del nuevo gobierno, destacando la relevancia de este momento junto a su esposa y otros líderes republicanos.
El mandato de Trump y Vance marca el inicio de una etapa política definida por políticas centradas en los intereses nacionales en áreas como la economía, la seguridad y la política exterior. La colaboración entre el Ejecutivo y el Legislativo será crucial para abordar los desafíos más urgentes del país y garantizar una estabilidad política en los años venideros.
Fuente: Infobae