El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció nuevas directivas que otorgan mayor autonomía a las agencias migratorias para endurecer las políticas de control en la frontera sur de Estados Unidos. Según autoridades, estas medidas buscan reducir el ingreso masivo de migrantes y fortalecer la capacidad de acción de las fuerzas del orden.
Benjamine Huffman, secretaria interina del DHS, informó que estas disposiciones eliminan restricciones implementadas por la administración previa, permitiendo a los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) actuar en áreas previamente consideradas “sensibles”, como escuelas e iglesias.
“Los delincuentes no podrán seguir usando estos lugares como refugio para evadir la justicia”, aseguró un portavoz del DHS. Esta directiva autoriza la realización de redadas en instituciones educativas y religiosas cuando sea necesario, especialmente para detener a personas con antecedentes delictivos.
Otra de las medidas implementadas limita la aplicación de la libertad condicional humanitaria, restringiendo su uso exclusivamente a casos individuales. Esto contrasta con la ampliación que permitió la administración Biden, la cual benefició a 1.5 millones de migrantes provenientes de Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela bajo un esquema más flexible.
“El propósito de esta medida es devolver el programa a su esencia original y garantizar que cada caso sea evaluado individualmente”, detalló el comunicado del DHS.
Además, se revocó la posibilidad de que los migrantes obtuvieran citas legales a través de la aplicación móvil CBP One para acceder a los puertos de entrada de manera regulada. Estas decisiones buscan empoderar a los agentes de ICE y CBP para hacer cumplir las leyes migratorias sin limitaciones, destacó Huffman.
Las directrices representan un giro drástico respecto a las políticas implementadas por el gobierno de Joe Biden, que priorizaban enfoques humanitarios y soluciones tecnológicas. Ahora, la administración Trump refuerza su postura de "tolerancia cero", con el argumento de fortalecer la seguridad fronteriza y combatir los abusos al sistema migratorio.
Esta nueva estrategia marca una escalada en el enfoque de control migratorio, lo que ha generado tanto respaldo entre sectores conservadores como preocupación en grupos defensores de los derechos de los migrantes.
Fuente: Excelsior
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