El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este viernes 31 de enero que ni México ni Canadá podrán impedir la entrada en vigor de un arancel del 25 % a sus exportaciones a partir del 1 de febrero.
Desde la Casa Blanca, Trump descartó cualquier posibilidad de negociación que frene la medida en el último momento.
“No, no estamos buscando ninguna concesión de México y Canadá. Simplemente veremos qué pasa”, declaró ante la prensa.
Trump reafirmó su intención de imponer aranceles a sus principales socios comerciales, incluyendo un 10 % a China, pese a las advertencias sobre el impacto inflacionario que esto podría generar en los precios de productos en Estados Unidos.
El exmandatario justificó la decisión argumentando preocupaciones sobre la crisis del fentanilo.
“China está enviando cantidades masivas de fentanilo, matando a cientos de miles de personas al año, y en los otros dos casos (Canadá y México) están permitiendo que este veneno entre”, señaló.
Además del nuevo arancel, Trump anunció que postergará hasta el 18 de febrero la decisión sobre gravámenes al petróleo y gas provenientes de México y Canadá.
Los mercados reaccionaron de inmediato: el precio del crudo West Texas Intermediate subió a 73.33 dólares por barril tras las declaraciones del expresidente.
En un tono desafiante, Trump reiteró su plan de extender los aranceles a otras industrias clave como el acero, el aluminio, los productos farmacéuticos y los semiconductores, asegurando que estas medidas incentivarán la relocalización de fábricas en territorio estadounidense.
“Vamos a imponer aranceles al acero y al aluminio este mes o el próximo. Será una cantidad tremenda de dinero para nuestro país”, advirtió.
Trump también dejó entrever que su política arancelaria podría extenderse a la Unión Europea.
“¿Quiere la respuesta sincera o la política? Definitivamente (habrá aranceles). La UE nos ha tratado de manera terrible. No aceptan nuestros coches ni nuestros productos agrícolas, y tenemos un enorme déficit. Vamos a equilibrar la balanza”, declaró.
Durante su primer mandato, Trump ya había impuesto aranceles del 25 % al acero y del 10 % al aluminio europeo. Ahora, con Europa manteniendo un superávit comercial con EE.UU., el expresidente considera que es momento de tomar medidas más agresivas.
Aunque economistas advierten que estos aranceles podrían encarecer los materiales para la industria estadounidense y alimentar la inflación, Trump se mantiene firme en su convicción. Según él, los aranceles impulsarán el resurgimiento de la manufactura en Estados Unidos.
“Los aranceles son la cuarta palabra más hermosa”, concluyó.
Fuente: El Financiero
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