Pocos argumentos y muchas polémicas: Así se vivió el debate presidencial de Ecuador 2025

 


Ecuador

El debate presidencial 2025, que se extendió por casi cuatro horas, generó cierta curiosidad entre los electores al presentar a algunos candidatos poco conocidos. Sin embargo, las preguntas clave sobre el futuro del país quedaron sin respuesta, dejando a los ciudadanos con más interrogantes que certezas.

Con 16 aspirantes al Palacio de Carondelet, el evento estuvo marcado por un formato que apenas permitió responder tres preguntas temáticas en intervenciones de 90 segundos cada una. Este esquema, propuesto por el Consejo Nacional Electoral (CNE), restringió el debate a un listado de ideas breves y, en muchos casos, desconectadas. Las pocas interpelaciones directas entre los candidatos se usaron más para cuestionar posturas políticas o hacer ataques personales que para profundizar en propuestas.

El expresidente Rafael Correa, a pesar de no ser candidato, volvió a ser protagonista indirecto, ocupando un espacio considerable en las intervenciones de varios participantes. Este enfoque restó tiempo para que los aspirantes explicaran cómo implementarán sus promesas, con qué recursos y en qué plazos.

El debate dejó a los ecuatorianos con la sensación de que faltaron explicaciones concretas. La mayoría de los candidatos evitó entrar en detalles sobre al menos una de sus promesas clave. En cambio, el evento quedó marcado por los ataques personales y las frases llamativas, que se convirtieron en el principal recuerdo de la noche junto a los memes que inundaron las redes sociales.

Los moderadores, limitados a leer preguntas y recordar las reglas, no intervinieron para exigir respuestas claras, a pesar de que muchos candidatos ignoraron las interrogantes planteadas.

El debate tuvo algunos momentos álgidos, como cuando Francisco Tabacchi, del movimiento Creo, cuestionó al presidente y candidato Daniel Noboa sobre una presunta ejecución extrajudicial en Las Malvinas. Por su parte, Andrea González, de Sociedad Patriótica, atacó a Luisa González, candidata correísta, acusándola de politizar tragedias y manipular a los jóvenes.

Ambos candidatos evitaron responder directamente. Noboa recurrió a cifras para contrarrestar las críticas, mientras que González destacó los logros de la “década ganada” como defensa.

Otros cuestionamientos, aunque relevantes, pasaron desapercibidos entre el exceso de información aislada. Por ejemplo, Iván Saquicela acusó a Luisa González de liberar al delincuente alias “Rasquiña”, mientras que Jorge Escala preguntó a Noboa si planea saldar la millonaria deuda de su familia con el SRI.

El debate también estuvo salpicado por intentos de espectacularidad. Algunos candidatos llevaron materiales visuales que resultaron inútiles para los televidentes debido a la falta de claridad en pantalla. Otros optaron por repetir estribillos como “la Constitución de alma chavista” o “resetear el Ecuador” sin explicar sus significados.

Las propuestas también incluyeron medidas poco viables o inconstitucionales, como la implementación de la pena de muerte o la creación de cementerios específicos para criminales. La inteligencia artificial fue mencionada como una solución universal para problemas como la corrupción, la educación y la salud, sin detalles sobre su aplicación real.

Al finalizar el evento, los ciudadanos que siguieron la transmisión no obtuvieron claridad sobre las propuestas en los tres ejes temáticos del debate: seguridad, eficiencia y empleo. En cambio, el evento dejó una impresión de superficialidad y un protagonismo de ataques personales que opacó las pocas ideas concretas presentadas.

El debate presidencial 2025, más que una oportunidad para conocer a los candidatos y sus planes, se convirtió en un recordatorio de los desafíos que enfrenta el país para tener un verdadero intercambio de ideas en el escenario electoral.

Fuente: Primicias

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