Nuevas reglas de exportación de IA dividen al mundo entre aliados y adversarios

 

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La administración Biden anunció hoy un plan de control de exportaciones que busca evitar que chips avanzados y modelos de inteligencia artificial (IA) lleguen a manos de adversarios como China. Este movimiento ha generado debates sobre su impacto en la industria tecnológica y la competencia global.

Conocida como la "norma de difusión de la IA", la medida separa al mundo en dos grupos: países que podrán acceder sin restricciones a los chips y algoritmos de IA de última generación de EE. UU., y otros que necesitarán licencias especiales. La norma, administrada por la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio, también introduce por primera vez restricciones al movimiento de los modelos de IA más potentes.

“Estados Unidos lidera el mundo en IA y diseño de chips, y es esencial que sigamos siendo líderes,” declaró Gina Raimondo, Secretaria de Comercio de EE. UU., antes del anuncio.

La lista de países considerados "de confianza" incluye al Reino Unido, Canadá, Australia, Japón, Francia, Alemania, España, entre otros. Empresas de estos países podrán adquirir hasta 1,700 de los chips de IA más avanzados sin permisos adicionales, aunque necesitarán licencias especiales para compras mayores o para construir grandes centros de datos con tecnología estadounidense. Además, deberán garantizar medidas de seguridad física y cibernética adecuadas.

Cabe destacar que la norma excluye actividades como diseño, fabricación y almacenamiento de chips de estas restricciones. Asimismo, los modelos de IA de código abierto, como Llama de Meta, tampoco se verán afectados.

La norma establece que países como China, Irán y Corea del Norte, que ya tienen prohibido acceder a chips avanzados, también enfrentarán restricciones en el uso de modelos avanzados de IA.

“Los semiconductores y los modelos de IA son tecnologías de doble uso,” señaló Raimondo. “Pueden impulsar aplicaciones comerciales, pero también ser usados por nuestros adversarios para simulaciones nucleares, desarrollo de armas biológicas y fortalecimiento militar.”

La norma llega en un momento crítico para la industria de la IA y podría limitar las ventas internacionales de tecnologías avanzadas. Nvidia, líder mundial en chips de IA, calificó la medida como “sin precedentes y equivocada” en un comunicado. “Estas normas no mejoran la seguridad de EE. UU., sino que debilitan su competitividad global y la capacidad de innovación que nos ha mantenido a la vanguardia,” señaló la compañía.

La norma incluye un período de consulta de 120 días, durante el cual la administración espera recibir comentarios y evaluar posibles modificaciones. Esto genera incertidumbre, ya que el periodo coincide con el inminente inicio de la nueva administración Trump, lo que podría influir en su aplicación final.

Aunque la medida busca garantizar la seguridad nacional, también podría intensificar las tensiones comerciales y tecnológicas entre EE. UU. y China, y plantear preguntas sobre el equilibrio entre seguridad y competitividad en la industria de la IA. La comunidad internacional y las empresas tecnológicas seguirán de cerca el desarrollo de esta norma y sus consecuencias globales.

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