Federico Gutiérrez y su primer año: Superando crisis y retomando el rumbo de Medellín

 
Colombia

En su segundo mandato como alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez ha tenido que lidiar con múltiples retos para evitar que la ciudad encallara en los problemas heredados de la administración anterior. En este primer año, la gestión de Gutiérrez se asemeja al esfuerzo por salvar un barco en peligro de naufragar, enfrentando crisis financieras, problemas de infraestructura y corrupción, mientras intenta recuperar la confianza ciudadana.

Uno de los mayores desafíos comenzó antes de su posesión oficial, con una transición de poder que se transformó en una auditoría masiva al gobierno saliente de Daniel Quintero. En este proceso, se descubrieron más de 650 irregularidades relacionadas con contratos públicos, así como graves problemas de administración, incluyendo un déficit presupuestario que afectó directamente a los servicios públicos de las instituciones educativas.

El caos dejado por la administración anterior incluyó una deuda de $3.500 millones en servicios públicos de colegios, lo que obligó a la Alcaldía a declarar una urgencia manifiesta para garantizar el regreso a clases de más de 272,000 estudiantes, un número considerablemente menor al promedio de 300,000 en años anteriores debido a la deserción escolar. Además, las obras de infraestructura en colegios, iniciadas en el cuatrienio anterior, estaban retrasadas en un 77%, lo que complicó aún más la situación.

La Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), encargada de las reparaciones en los colegios, se encontraba en medio de una crisis administrativa y financiera. La entidad presentaba un déficit de $14.400 millones y se encontraba en un proceso de saneamiento. Contratos irregulares y el caos en la gestión de obras fueron algunos de los problemas que marcaron su inicio bajo la nueva administración.

Fuera de la EDU, el Grupo EPM, uno de los conglomerados públicos más importantes de Colombia, también arrancó el año con dificultades. La empresa enfrentó una crisis de caja con un déficit de $5 billones para 2024 y varios proyectos problemáticos, como la filial Afinia. En mayo, Gutiérrez denunció que el gobierno de Quintero habría negociado la entrega de Afinia a un grupo político a cambio de un pago de 8 millones de dólares. A pesar de estas dificultades, la administración municipal aprobó la venta de las acciones de Tigo-Une, aunque este proceso generó un intenso debate político.

Mientras tanto, la empresa Emvarias también enfrentó desafíos relacionados con el relleno sanitario La Pradera, que amenazaba con generar una crisis sanitaria. A pesar de los problemas, la empresa tomó medidas preventivas, invirtiendo en obras de mitigación y tratando de resolver la construcción de un nuevo vaso para residuos.

A lo largo de 2024, la Alcaldía de Medellín ha buscado transmitir mensajes de transparencia y confianza a la ciudadanía. En respuesta a la polémica sobre el uso de recursos de la caja menor, se redujeron considerablemente los gastos, pasando de $293 millones en 2023 a solo $235,000 en 2024. También se implementaron prácticas de transparencia, como la compra pública a través de la Bolsa Mercantil de Colombia, y la creación de un tablero de oportunidades para facilitar el acceso a la información sobre contratación pública.

A pesar de los esfuerzos por mejorar la transparencia, la ciudad continuó enfrentando problemas en el espacio público y la infraestructura. Sin embargo, se implementó un plan de choque en áreas como el aseo y el ornato, con un aumento en las intervenciones de mantenimiento, que pasaron de 640 en 2020-2023 a 1.500 en 2024. En cuanto a la malla vial, la Alcaldía logró reparar 8,000 huecos y pavimentar 13 kilómetros de vías, además de repavimentar 4 kilómetros.

A medida que avanzaba el año, el gobierno comenzó a concentrarse en proyectos de mediano y largo plazo. Entre los más destacados están las inversiones en infraestructura educativa, como la construcción de nuevos colegios, y la recuperación de espacios deportivos. También se anunciaron proyectos de gran envergadura, como el desarrollo de Parques del Río Norte y la construcción de nuevos jardines de Buen Comienzo.

Al cierre de 2024, una encuesta de Invamer reveló que la aprobación de la gestión de Gutiérrez alcanzaba un 77%, el nivel más alto entre los alcaldes del país, aunque todavía por debajo de las cifras de su primer mandato. Los ciudadanos se muestran divididos sobre si la situación está mejorando o empeorando, con un 46% creyendo que las cosas están mejorando y un 51% que considera que la ciudad sigue enfrentando dificultades. Esto demuestra que aún queda trabajo por hacer para restaurar completamente la confianza y la estabilidad en Medellín.

Fuente: El Colombiano

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