Estados Unidos
El alcalde de Denver, Mike Johnston, ha lanzado un ambicioso plan de cuatro puntos para contrarrestar las posibles deportaciones masivas anunciadas por la administración de Donald Trump. Este plan busca reforzar los valores inclusivos de la ciudad, proteger los derechos de los inmigrantes y garantizar su dignidad, a la vez que mantiene la seguridad pública.
1. Limitación de la colaboración con ICE
Denver restringirá su cooperación con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), limitándola únicamente a casos que involucren delitos graves. Las autoridades locales no realizarán detenciones relacionadas con infracciones migratorias no criminales, aunque informarán a ICE sobre personas bajo custodia con órdenes de deportación vigentes.
2. Protección de áreas sensibles
La ciudad garantizará la protección de espacios clave como escuelas, hospitales e iglesias, los cuales serán declarados zonas libres de intervenciones migratorias. Esto busca preservar estos lugares como refugios seguros para las comunidades vulnerables.
3. Apoyo a inmigrantes con estatus legal
El plan incluye medidas específicas para salvaguardar los derechos de beneficiarios de programas como DACA, TPS y personas con solicitudes de asilo. La ciudad se compromete a ofrecer apoyo legal y estabilidad a estos grupos frente a posibles acciones de deportación.
4. Red de apoyo comunitario
En caso de que un inmigrante sea detenido, Denver implementará un sistema de cuidado para los hijos de las personas afectadas. Esto incluye opciones como cuidado temporal en hogares de acogida mientras se identifica a familiares que puedan asumir su tutela.
El alcalde Johnston destacó que la prioridad de su administración es garantizar el debido proceso para todas las personas afectadas por las políticas migratorias restrictivas. En colaboración con el fiscal general y abogados externos, Denver planea ofrecer defensa legal a los inmigrantes.
Aunque el plan no requiere un gran desembolso del presupuesto público, Johnston afirmó que la ciudad "alzará la voz en defensa de los derechos humanos" y trabajará para reducir el miedo en la comunidad inmigrante.
La iniciativa ha sido elogiada por organizaciones de derechos humanos y activistas, quienes la ven como una respuesta humanitaria y sensata frente a las amenazas de deportaciones masivas. Sin embargo, críticos advierten que las medidas podrían entrar en conflicto con las políticas federales.
En un giro más agresivo de su política migratoria, la administración de Donald Trump ha desplegado 1,500 tropas hacia la frontera sur, con órdenes del secretario de Defensa interino, Robert Salesses. Estas tropas estarán encargadas de labores logísticas, transporte y construcción de barreras físicas.
Además, el gobierno ha notificado la suspensión de empleados en programas de Diversidad, Igualdad, Inclusión y Accesibilidad (DEIA) en oficinas federales, provocando preocupación en sectores que promueven la inclusión en el gobierno.
Con estas acciones, Denver se posiciona como un modelo de resistencia frente a las políticas restrictivas, reafirmando su compromiso con la defensa de sus residentes más vulnerables y su capacidad de liderazgo en tiempos de tensión social y política.
Fuente: Mundo Deportivo