Argentina: La elección porteña, el preludio de la batalla por el liderazgo nacional

 

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Cuando Jorge Macri decidió adelantar las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, su intención era apartar el conflicto por el poder local de las disputas que, más adelante, se darían en la campaña nacional. En particular, la incursión de La Libertad Avanza (LLA) en el espacio del PRO lo impulsó a tomar esta decisión. Sin embargo, lo que Macri no anticipó fue que este movimiento desataría un fenómeno contrario, convirtiendo la contienda legislativa porteña en un anticipo de la lucha nacional por la hegemonía política. Hoy, la elección en la ciudad se perfila como un espejo de lo que será la pelea por el dominio del país.

Los Macri, por primera vez, exponen la capital del país, su preciado tesoro, a una fuerza política que apunta a representar a los mismos votantes que históricamente han apoyado al PRO. Javier Milei se encuentra en un momento de euforia. La inflación en descenso, la brecha cambiaria reduciéndose y un panorama internacional favorecido por la llegada de Donald Trump, de quien el presidente argentino apostó sin medir riesgos, le proporcionan una base sólida para su ambición de convertirse en el líder indiscutido de un espectro político que abarca desde el centro hasta la derecha. El camino hacia su hegemonía comienza en la Ciudad de Buenos Aires, donde la elección anticipada forzó a Milei a involucrarse más de lo que había planeado en una disputa que inicialmente consideraba secundaria.

Esta dinámica ha dado pie a una serie de especulaciones, como la posibilidad de que Manuel Adorni, quien anteriormente se perfilaba como candidato a senador por LLA, encabece la lista en la Ciudad. De este modo, el conflicto por la Legislatura porteña se ha convertido en un primer capítulo de lo que será la batalla electoral más amplia.

El objetivo de Jorge Macri es obtener los votos suficientes para suspender las primarias y llevar las elecciones de la Legislatura a mayo, lo que las convertiría en las primeras elecciones del año. Este anticipo será, además, la primera medición cuantificable de un enfrentamiento que ya se refleja en las tensiones internas del PRO. Figuras como Patricia Bullrich y Federico Sturzenegger han comenzado a ventilar sus críticas hacia la gestión de Cambiemos, apuntando a las falencias en el apoyo de Macri a sus colaboradores y el uso de chivos expiatorios dentro del propio partido. Mientras tanto, en la Legislatura porteña, el bloque ultraderechista encabezado por Pilar Ramírez se perfila como una oposición interna a Macri, reflejando la creciente fragmentación del espacio político.

Este clima de hostilidad no se limita a la Ciudad. La competencia electoral local anticipa lo que podría ser una batalla política más profunda a nivel nacional. La forma en que se desarrollen los discursos y las tácticas de campaña marcarán el tono de las confrontaciones que se darán entre el PRO y LLA en las elecciones generales. Antoni Gutiérrez-Rubí, el nuevo estratega de Jorge Macri, podría ser la pieza clave para enfrentar a un sector que se radicaliza cada vez más hacia posiciones conservadoras.

En este contexto, las fracturas internas del PRO se hacen cada vez más evidentes. Las preguntas sobre el futuro político de figuras clave, como Patricia Bullrich y su relación con LLA, suman incertidumbre a un panorama ya de por sí volátil. Además, la posible candidatura de Horacio Rodríguez Larreta a la Legislatura local, en alianza con la UCR, es otro de los enigmas que marcará el futuro de la coalición gobernante.

Por su parte, el peronismo porteño, que se regocija con la fragmentación de la oposición, ve una oportunidad en el adelanto electoral. El líder del PJ local, Juan Manuel Olmos, imagina una transformación del partido bajo el modelo de Córdoba, buscando una mayor autonomía respecto de la conducción nacional, encabezada por Cristina Kirchner. Para lograrlo, los peronistas de la Ciudad necesitan que las elecciones locales se celebren antes de la definición de las listas nacionales, lo que requeriría suspender las PASO. Sin embargo, la resistencia de La Cámpora a esta idea podría complicar la maniobra.

La Ciudad de Buenos Aires se ha convertido en un campo de pruebas para la lucha por el dominio nacional. A medida que los actores políticos se alinean y enfrentan, la batalla por la Legislatura porteña se perfila como el preludio de una lucha más grande por la hegemonía en el país.

Fuente: La Nación

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