Alcalde Brandon Johnson reitera postura de Chicago como ciudad santuario ante nuevas redadas migratorias

 

Estados Unidos

El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, y el superintendente de policía de la ciudad, Larry Snelling, ofrecieron el martes una actualización sobre la aplicación de la ley migratoria en la ciudad, en medio de un incremento de las redadas y arrestos coordinados por las autoridades federales.

La declaración sigue a la visita de funcionarios clave de la administración Trump, como el "zar de la frontera", Tom Homan, quienes estuvieron en Chicago el domingo para presenciar el comienzo de un intensificado operativo migratorio. Se anticipa que estos operativos continúen tanto en Chicago como en otras partes de Illinois durante la semana, en el marco de un esfuerzo nacional para promover arrestos en todo el país.

La situación se desarrolla horas después de que el alcalde Johnson, junto con los alcaldes de otras ciudades como Boston, Denver y Nueva York, recibiera cartas del Congreso para testificar sobre las políticas de "ciudad santuario" de Chicago.

Por su parte, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) informó de 1,179 arrestos realizados en todo el país el lunes. Aunque las operaciones no son inusuales, el número de arrestos diarios en el último año fiscal bajo la administración de Biden fue de 311.

El incremento de operativos en Chicago forma parte de una estrategia migratoria más amplia impulsada por el gobierno de Trump, quien había prometido realizar deportaciones masivas durante su mandato. Se estima que actualmente residen en Estados Unidos alrededor de 11.7 millones de personas indocumentadas, de acuerdo con los Centros de Estudios Migratorios.

Grupos defensores de los derechos de los inmigrantes se han preparado para esta represión, promoviendo campañas educativas sobre los derechos de los inmigrantes en caso de arresto. Además, las autoridades locales han distribuido información similar en estaciones de transporte público.

El viernes, se produjo un incidente en el que funcionarios de las Escuelas Públicas de Chicago inicialmente confundieron a agentes del ICE con miembros del Servicio Secreto, lo que generó confusión en la comunidad escolar.

El ICE ha declarado que las operaciones están centradas en inmigrantes con antecedentes penales, aunque también existe preocupación por la detención de personas sin antecedentes criminales. Tom Homan, quien fue zar de la frontera en la administración Trump, indicó que entre los arrestados en Chicago, se encontraban seis personas condenadas por delitos graves, así como miembros de pandillas y personas condenadas por asesinato y agresión sexual agravada. Sin embargo, se prevé que también se realicen arrestos de personas sin antecedentes penales que estuvieran presentes durante las redadas.

El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, ha criticado las tácticas agresivas, señalando el impacto negativo sobre inmigrantes que han residido legalmente en el país durante años y que ahora se sienten amenazados.

Según Emil Bove, fiscal general adjunto interino, los operativos fueron realizados por una colaboración entre el ICE, el FBI, la Administración de Control de Drogas (DEA) y otras agencias federales. Esta ofensiva forma parte de un enfoque más amplio del Departamento de Justicia para reforzar la autoridad de inmigración, incluyendo a nuevas agencias como la DEA y la ATF.

Chicago es conocida por sus estrictas políticas de "ciudad santuario", que limitan la cooperación entre la policía local y las agencias federales de inmigración, incluida la Ley de Confianza de Illinois. Estas políticas prohíben que la policía local arresten personas basándose únicamente en su estatus migratorio y restringen la compartición de información migratoria con las autoridades federales.

El gobierno de Trump ha propuesto expandir la “expulsión acelerada”, una medida que permite a las agencias de seguridad deportar a los inmigrantes sin necesidad de que comparezcan ante un juez. Esta medida se ha criticado por su alcance, ya que otorga una amplia autoridad a las agencias para deportar sin un debido proceso.

En paralelo, el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental del Congreso ha solicitado que el alcalde Johnson testifique sobre las políticas de santuario de Chicago, enfocándose en cómo estas limitan la cooperación con las acciones federales de control migratorio. Johnson fue invitado a comparecer el próximo 11 de febrero, junto con otros alcaldes de ciudades santuario, para discutir las implicaciones de estas políticas.

Chicago sigue firme en su postura como ciudad santuario, garantizando el acceso a servicios públicos independientemente del estatus migratorio y asegurando que la policía no colabore con el ICE. Sin embargo, la presión federal aumenta, y con ello las tensiones entre los esfuerzos por proteger a las comunidades inmigrantes y el cumplimiento de las políticas migratorias federales.

Fuente: Telemundo

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