Colombia
La Ley de Financiamiento, conocida por algunos como una reforma tributaria, enfrenta su posible derrota en el Congreso tras días de incertidumbre y la falta de acuerdos entre las diferentes bancadas. A pesar de los esfuerzos del Gobierno, la ponencia positiva no ha sido presentada, y la iniciativa se tambalea por el rechazo creciente de varios partidos políticos.
En un golpe decisivo, las bancadas del Partido Liberal y el Partido Conservador anunciaron que no respaldarán el proyecto, lo que, sumado al rechazo de Cambio Radical y el Centro Democrático, crea una mayoría suficiente para bloquear la propuesta.
Desde el Partido Liberal, liderado por el expresidente César Gaviria, emitieron un contundente comunicado en el que afirman:
“El Partido Liberal no vota impuestos que graven la canasta familiar de los colombianos, la venta de un carro o una herencia familiar”.
Los liberales consideran que la propuesta gubernamental es altamente perjudicial para la economía de las familias colombianas y aseguran que no aportarán ni un solo voto para su aprobación. Según ellos, el bolsillo de los ciudadanos no puede soportar más impuestos bajo el disfraz de una reforma financiera.
Por su parte, el Partido Conservador también expresó su oposición, destacando que la iniciativa afecta tanto a los ciudadanos como a las pequeñas y medianas empresas. “No es responsable con las finanzas del país,” argumentaron, criticando medidas como el aumento del impuesto por ganancia ocasional y la eliminación del régimen simplificado, que ha sido clave para la formalización de pequeñas empresas.
La senadora Angélica Lozano, de la Alianza Verde, se sumó a las voces críticas y cuestionó la viabilidad económica de la ley.
“El Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) deja claro que es inconveniente modificar la regla fiscal para aumentar el gasto y la deuda. La mejor solución es sincerar las cuentas y reducir el gasto con metas realistas”, afirmó.
Con estos pronunciamientos, la Ley de Financiamiento parece condenada, dejando al Gobierno en una posición difícil para replantear su estrategia fiscal.
Fuente: Semana