La transición en el Congreso de EE. UU.: Nuevos legisladores enfrentan el reto de comenzar su labor

 
Estados Unidos

Cada dos años, el Capitolio de los Estados Unidos se convierte en un escenario de cambios vertiginosos, cuando los congresistas salientes vacían sus oficinas y los recién electos inician un proceso de transición crucial de cara al 3 de enero, día en que prestan juramento para asumir sus nuevas responsabilidades.

Tras las elecciones generales de noviembre, los republicanos aseguraron el control del Congreso para los próximos dos años, lo que los obliga a enfrentar desafíos clave, como el presupuesto nacional, los fondos para programas públicos y una serie de proyectos de ley de importancia.

La Fundación de Gestión del Congreso establece seis pasos fundamentales para los nuevos miembros: definir su situación personal, asumir su rol dentro del Congreso, redactar una misión, hacer una planificación preliminar, seleccionar comités preferidos y organizar su oficina.

Una vez elegidos, los nuevos miembros reciben una inducción organizada por el partido mayoritario. Esta capacitación abarca aspectos cruciales, como las normas, la ética, el manejo de las oficinas y la logística del Capitolio. También se les instruye en cómo formar su equipo y gestionar los recursos asignados.

La orientación tiene una duración aproximada de una semana y ofrece capacitación técnica sobre el sistema de votación electrónica y las herramientas disponibles para votar en el Congreso. Además, se realizan simulaciones legislativas que permiten a los nuevos legisladores practicar la presentación de proyectos de ley y la participación en debates.

El Congreso de EE. UU. cuenta con varios edificios en Washington, distribuidos entre la Cámara de Representantes y el Senado, que albergan más de 600 oficinas. A diferencia de los senadores, que tienen oficinas asignadas directamente, los nuevos miembros de la Cámara de Representantes deben participar en una lotería que determina el orden en el que pueden elegir su oficina.

Este proceso tiene como objetivo garantizar una distribución justa, en la que los nuevos legisladores reciben un número al azar que define su posición en la elección de espacios. Los números se revelan en una sesión pública, y aquellos con los primeros números pueden elegir las oficinas más grandes o mejor ubicadas. La lotería de este año tuvo lugar el 21 de noviembre, y la representante demócrata de Nueva York, Laura Gillen, obtuvo el codiciado "número uno".

El Congreso está compuesto por una serie de comités que abordan temas clave como seguridad, defensa, presupuesto y salud. Los nuevos legisladores son asignados a estos comités en función de su experiencia, la región que representan, su afiliación partidaria y la disponibilidad de espacios.

Los líderes de los partidos negocian estas asignaciones para asegurar una representación equilibrada entre demócratas y republicanos. Además, los nuevos miembros deben contratar a su equipo de trabajo, que incluye asesores y personal administrativo encargado de facilitar el proceso de transición, como la transferencia de archivos e información relevante.

Una vez completada la transición, el Congreso está listo para iniciar un nuevo ciclo de trabajo, que durará dos años. Según lo estipulado por la Constitución de EE. UU., el Congreso se reúne al mediodía del 3 de enero con una agenda que incluye la apertura de la sesión, una oración, el juramento a la bandera, la elección del presidente de la Cámara de Representantes, los discursos del presidente electo, el juramento de los nuevos miembros y la adopción de nuevas reglas y resoluciones.

En el Senado, 12 de sus 100 miembros serán nuevos, mientras que la Cámara de Representantes contará con más de 60 nuevos legisladores. Ambos cuerpos tendrán mayoría republicana, lo que marcará el rumbo del Congreso en los próximos dos años.

Fuente: Voz de América

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