El expresidente boliviano Evo Morales afirmó que participará en las elecciones generales de 2025, ya sea con el Movimiento al Socialismo (MAS) o bajo una "sigla prestada" o "regalada," en caso de no recuperar el control del partido oficialista. Morales realizó estas declaraciones durante su programa dominical en la emisora cocalera Kawsachun Coca, reiterando su intención de competir pese a las restricciones legales y políticas que enfrenta.
“Vamos a participar en las elecciones nacionales con el MAS si ganamos esta batalla jurídica. Si no, será con sigla prestada o regalada, eso no es problema,” aseguró el exmandatario, quien dirigió Bolivia entre 2006 y 2019.
Morales busca revertir la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que recientemente reconoció a Grover García, aliado del presidente Luis Arce, como nuevo líder del MAS. Este fallo sigue a una sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que limitó la posibilidad de que autoridades electas puedan cumplir más de dos mandatos, afectando directamente las aspiraciones presidenciales de Morales.
El exlíder oficialista calificó estas resoluciones como "nulas de pleno derecho" y denunció una supuesta interferencia de Estados Unidos para debilitar al MAS. "La historia se repite", afirmó, recordando su participación en elecciones de los años 90 con una sigla "prestada" tras obstáculos legales para registrar su partido.
El distanciamiento entre Morales y Arce, que se intensificó en 2021, refleja profundas diferencias en la administración del Estado y en la estrategia política para 2025. Morales advirtió que si Arce busca la reelección con el MAS, no superará el 3 % necesario para mantener la personalidad jurídica del partido, lo que podría llevar a su desaparición. Además, reveló que varios militantes del MAS le han planteado renuncias masivas en respuesta a los recientes fallos judiciales.
Morales convocó a una reunión “a puertas cerradas” con sus aliados para definir los próximos pasos. El encuentro se produce en un contexto de creciente tensión, con un partido dividido entre los seguidores de Morales y el ala cercana al Gobierno de Arce.
Aunque Morales enfrenta restricciones legales para postularse nuevamente, insiste en que su candidatura es viable y no descarta alternativas fuera del MAS. Su postura refleja la profunda crisis que atraviesa el oficialismo, mientras Bolivia se encamina hacia unas elecciones decisivas en 2025.
Fuente: Clarín