El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, realizó el 11 de noviembre un nuevo ajuste en su gabinete ministerial, generando polémica con tres cambios significativos. Estos enroques afectaron a las misiones diplomáticas en la ONU y Colombia, el Ministerio de Gobierno, la Secretaría de Planificación y la Vicepresidencia de la República.
En un contexto marcado por las crisis energética y de seguridad, el Gobierno enfrenta también una grave crisis política interna. La constante tensión con la vicepresidenta Verónica Abad y la creciente dificultad para encontrar perfiles adecuados para ocupar puestos claves en el Ejecutivo reflejan una situación compleja para el mandatario.
Los recientes cambios evidencian que Noboa no ha podido recurrir a su incipiente movimiento político, Acción Democrática Nacional (ADN), para buscar candidatos idóneos para su gabinete. Esto ha resultado en una proliferación de "cargos encargados" y la concentración de funciones en un círculo cercano al presidente.
Ejemplos notables de esta acumulación de cargos incluyen a Arturo Félix Wong, quien ha ocupado cinco diferentes puestos, incluyendo Secretario de Seguridad y Ministro de Gobierno, y ahora es consejero de la Embajada en Bogotá. José Neira Hanze ha acumulado cuatro cargos, entre ellos Presidente del Comité de Asociaciones Público-Privadas y Director de la Unidad de Análisis Financiero. Asimismo, Michele Sensi Contugi ha sido designado en ocho diferentes posiciones, destacando su labor como Ministro de Gobierno y director del Centro de Inteligencia Estratégica.
Uno de los principales retos del gobierno de Noboa ha sido la asignación de titulares a dos ministerios cruciales: Energía y Gobierno. En menos de un año de gestión, ambos sectores han sido gestionados por un número elevado de encargados. El Ministerio de Energía, fundamental en medio de la crisis eléctrica, no tiene un titular fijo. Desde octubre, la ministra de Ambiente, Inés Manzano, asumió el cargo de forma provisional. Antes de ello, Roberto Luque, Ministro de Transporte, también estuvo encargado del sector energético entre abril y julio.
En cuanto al Ministerio de Gobierno, ha sido dirigido por cuatro funcionarios distintos desde abril, tras la salida de Mónica Palencia, quien inicialmente se enfocó en su cargo como Ministra del Interior. Los cambios han sido tan frecuentes que el actual titular, José de la Gasca, tiene un historial polémico, con cargos previos en los que enfrentó quejas por su desempeño.
El gabinete también ha mostrado inconsistencias en cargos de alta jerarquía. La salida de Verónica Abad de la Vicepresidencia por 150 días, sumada a la designación de Sariha Moya como vicepresidenta encargada, refleja la falta de estabilidad. Moya, quien se desempeñaba como secretaria de Planificación, asumió el cargo por tres meses sin un anuncio claro sobre las razones detrás de esta decisión.
Otro aspecto que ha marcado la gestión de Noboa ha sido la opacidad en torno a los cambios de funcionarios. La salida repentina de Arturo Félix del Ministerio de Gobierno, para asumir un cargo diplomático en Bogotá, se justificó con la crisis eléctrica, pero no se ofrecieron detalles sobre su gestión ni se explicó por qué no se asignó a un especialista en el área. Lo mismo ocurrió con Michele Sensi Contugi, quien dejó el Ministerio de Gobierno sin una explicación satisfactoria sobre su retorno al Centro de Inteligencia Estratégica.
En un análisis realizado por PRIMICIAS sobre los 36 ministerios y secretarías, se concluyó que el gobierno de Noboa ha acumulado 163 semanas de encargos en 17 entidades clave. Nueve de estas instituciones comenzaron el mandato sin un titular designado o manteniendo a funcionarios del anterior gobierno de Guillermo Lasso debido a la falta de perfiles para ocupar estos puestos.
Este contexto refleja las dificultades de un gobierno que aún lucha por consolidar un gabinete sólido y estable, mientras enfrenta crisis internas y externas que complican aún más su gobernabilidad.
Fuente: Primicias