El expresidente de Bolivia, Evo Morales, convocó este viernes a sus aliados en una reunión decisiva para trazar el rumbo de su futuro político. La cita, que se lleva a cabo en la localidad de Lauca Ñ, en el Trópico de Cochabamba, corazón político y sindical del exmandatario, reúne a organizaciones sociales, exautoridades y funcionarios electos del Movimiento Al Socialismo (MAS). Este encuentro se realiza en un contexto particularmente complejo para Morales, quien, tras haber sido excluido del MAS y enfrentar recientes sentencias constitucionales, busca consolidar la unidad de sus seguidores.
En el último mes, dos decisiones judiciales han marcado un revés para el líder cocalero, sellando lo que algunos analistas consideran su "derrota" en el ámbito político partidario, al menos por los próximos cinco años. La justicia le impidió presentarse nuevamente como candidato y validó la elección de un dirigente cercano al presidente Luis Arce como nuevo líder del MAS, restándole a Morales el control del partido que fundó.
Morales, quien se ha referido a las acciones del gobierno de Arce como parte de una “guerra jurídica” para eliminar su influencia política, expresó en la convocatoria: “El Gobierno de Lucho y David intenta proscribir al movimiento más grande de la historia, nacido de la Bolivia profunda. Nos han intentado exterminar de todas las formas, incluso atentando contra mi vida, y ahora nos quieren despojar de nuestra sigla”. En un tono desafiante, el exmandatario reafirmó su posición como "presidente nacional" del MAS.
El ex presidente ha centrado sus esfuerzos en fortalecer la cohesión entre sus aliados y en resistir los intentos de fragmentación de su movimiento, especialmente dentro de las comunidades campesinas e indígenas. En su última aparición pública el 17 de noviembre, Morales manifestó que, a pesar de los intentos de división, el Trópico de Cochabamba se mantendría firme como un ejemplo de unidad y resistencia, mostrando el apoyo de dirigentes sindicales y campesinos.
Los analistas coinciden en que Morales mantiene una base social sólida, que podría representar entre el 15% y el 20% del electorado. Sin embargo, también reconocen que su figura sigue siendo polarizadora, y su influencia fuera de su bastión en el Trópico de Cochabamba ha disminuido considerablemente.
Uno de los principales conflictos internos dentro del MAS fue la elección de su liderazgo, un tema que enfrentó directamente a Morales con el presidente Arce. Tras la controversia generada por los congresos del partido, donde ambos bandos proclamaron a sus respectivos líderes, el Tribunal Constitucional (TCP) resolvió el impasse, validando a Grover García, un aliado de Arce, como presidente del MAS. Esta decisión ha intensificado las tensiones dentro del partido y, según algunos sectores, ha minado la legitimidad de la justicia boliviana.
Además de su lucha interna, Morales enfrenta varias investigaciones judiciales que sus seguidores consideran parte de una estrategia de “lawfare” para eliminarlo del escenario político. En la última semana, dos dirigentes cercanos a Morales fueron arrestados bajo acusaciones de terrorismo y alzamiento armado, relacionados con los bloqueos que tuvieron lugar entre octubre y noviembre contra el gobierno.
La reunión en Lauca Ñ será crucial para definir los pasos futuros de Morales y su movimiento, que, en medio de un contexto judicial adverso, busca reagruparse y desafiar los intentos de su exclusión del poder político.
Fuente: CNN