Claudia Sheinbaum Pardo, nacida el 24 de junio de 1962 en la Ciudad de México, ha recorrido un camino excepcional que la ha llevado desde los pasillos de la ciencia hasta la presidencia de un país de 130 millones de personas. Su ascenso político culminó con su victoria en las elecciones presidenciales de 2024, lo que la convierte en la primera mujer en la historia de México en ocupar este cargo. A lo largo de su vida, ha sido testigo y partícipe de cambios profundos en su país, siempre guiada por un firme compromiso social y político.
La historia de Sheinbaum comenzó en 1987, cuando, siendo una joven de 24 años, participó activamente en las protestas estudiantiles de la Universidad Autónoma de México (UNAM), que luchaban contra la administración de Jorge Carpizo, rector de la universidad y defensor del cobro de matrículas. En ese contexto, se hizo notar por su valentía, subiendo al techo de un edificio emblemático de la UNAM y colocando una bandera en señal de protesta. La joven física, activista desde sus años universitarios, se convirtió en un símbolo de la resistencia contra el neoliberalismo que dominaba México en ese entonces. A partir de ese momento, el destino de Claudia Sheinbaum parecía estar marcado por su inclinación a desafiar el sistema en busca de un cambio real para la sociedad.
Casi cuatro décadas después, esa misma mujer, que para muchos era simplemente una estudiante rebelde, ha ganado las elecciones presidenciales de México, y en octubre de 2024 asumirá el cargo de presidenta. Su camino hacia la presidencia ha sido un testimonio de dedicación, trabajo y lucha constante por mejorar las condiciones de vida de los mexicanos. A pesar de su éxito político, Sheinbaum se ha mantenido fiel a sus ideales, reconociendo su evolución pero sin abandonar la causa que abrazó desde su juventud: luchar por el bienestar del pueblo.
Claudia Sheinbaum nació en una familia de científicos con una fuerte vocación social. Su padre, Carlos Sheinbaum, era un químico y empresario de origen judío asquenazí, mientras que su madre, Annie Pardo, era bióloga y doctora, descendiente de judíos sefardíes. Ambos fueron pioneros en sus respectivos campos científicos y militantes de izquierda. Desde pequeña, Sheinbaum estuvo inmersa en un entorno intelectual y político muy activo, rodeada de discusiones sobre política, arte y ciencias. Este ambiente familiar y social influyó profundamente en su formación personal y profesional.
Estudió Física en la UNAM, donde se destacó por su compromiso con la ciencia. Más tarde obtuvo una maestría y un doctorado en Ingeniería Energética y Ambiental. Su trabajo académico, particularmente en el área de la eficiencia energética y el uso de estufas de leña en comunidades rurales, le permitió consolidarse como una científica de renombre internacional, incluso formando parte de un equipo que contribuyó al Nobel de la Paz por sus estudios sobre el cambio climático.
A pesar de sus logros en el ámbito académico, Sheinbaum no se conformó con permanecer en las aulas y los laboratorios. En lugar de seguir una carrera puramente científica, decidió incursionar en la política para poder aplicar sus conocimientos y habilidades al servicio del bien común.
El 2000 marcó un punto de inflexión para la política mexicana cuando, por primera vez en más de 70 años, el PRI perdió la presidencia y la izquierda comenzó a tomar fuerza en diversas partes del país. Fue en este contexto que Sheinbaum se unió a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien había ganado la alcaldía de la Ciudad de México (CDMX) con el Partido de la Revolución Democrática (PRD). AMLO, quien buscaba un perfil técnico para su administración, eligió a Sheinbaum como titular de la Secretaría del Medio Ambiente en la capital.
Durante su gestión en el gobierno de la CDMX, Sheinbaum se enfrentó a desafíos complejos. Uno de sus mayores logros fue la lucha contra la contaminación, convirtiendo a la ciudad en un referente de políticas ambientales, aunque, por supuesto, la lucha contra la contaminación sigue siendo un reto permanente. Además, tuvo bajo su responsabilidad la construcción de la segunda etapa de la autopista Periférico, una obra de gran magnitud que contribuyó a mejorar la movilidad en la capital.
Tras el término de la administración de AMLO en 2005, Sheinbaum continuó con su carrera política y académica, combinando su vocación de servicio público con su trabajo como consultora. No obstante, nunca abandonó su vínculo con la política y en 2015 se postuló con éxito para la alcaldía de Tlalpan, una delegación de la Ciudad de México. Tres años después, en 2018, se convirtió en la primera mujer en asumir la jefatura de gobierno de la CDMX, cargo que ocupó hasta su actual candidatura presidencial.
Durante su gestión al frente de la capital, Sheinbaum se enfocó en varios temas clave: seguridad, movilidad y urbanismo. Una de sus apuestas más visibles fue la creación de ciclovías y la expansión de las Ecobicis, buscando fomentar un transporte más sostenible en una ciudad caracterizada por sus altísimos niveles de tráfico y contaminación.
Sin embargo, su momento más difícil llegó con la pandemia de COVID-19. Mientras que AMLO desestimaba la gravedad del virus, Sheinbaum adoptó medidas preventivas más estrictas, promoviendo el uso del cubrebocas y estableciendo protocolos sanitarios para proteger a los habitantes de la capital. Su gestión durante la crisis sanitaria fue reconocida por la eficacia de sus acciones, logrando una de las mayores tasas de vacunación en el mundo.
A pesar de los logros, la gestión de Sheinbaum también estuvo marcada por la controversia. El colapso de una escuela en Tlalpan durante el terremoto de 2017 y el colapso de una trabe en la Línea 12 del metro en 2021 fueron puntos críticos que alimentaron las críticas de la oposición. A pesar de estos escándalos, su popularidad en la CDMX se mantuvo alta, con más del 60% de aprobación.
El ascenso de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México fue respaldado por su inquebrantable lealtad al proyecto de AMLO y la Cuarta Transformación. Aunque enfrentó fuertes rivales dentro de Morena, la coalición oficialista, su liderazgo en la Ciudad de México y su enfoque en la transformación del país la posicionaron como la favorita para suceder al presidente. A lo largo de su campaña, Sheinbaum presentó un plan de gobierno con propuestas concretas para enfrentar los problemas más apremiantes de México, como la pobreza, la inseguridad y la corrupción.
Para muchos, Sheinbaum representa la continuidad del proyecto de AMLO, pero con un enfoque más técnico y pragmático. Su ascendencia política no es fruto de una simple herencia, sino de un trabajo arduo y constante que la ha llevado a ser una de las figuras más destacadas de la política mexicana.
Claudia Sheinbaum, una mujer de ciencia, compromiso y convicciones firmes, asume uno de los cargos más importantes del país. En octubre de 2024, hizo historia como la primera mujer presidenta de México, con la responsabilidad de continuar la transformación de su país en una era de grandes desafíos.