Congreso de EE. UU.: Entre la polarización política y la toma de decisiones

 
Estados Unidos

El Congreso de Estados Unidos es la principal institución legislativa del país y uno de los pilares fundamentales de su democracia. Su importancia suele pasar desapercibida durante las elecciones presidenciales, a pesar de que una de las principales funciones del presidente es presentar propuestas de ley para su aprobación.

El Congreso es un órgano bicameral, compuesto por la Cámara de Representantes y el Senado, con un total de 535 miembros. La Cámara de Representantes, que cuenta con 435 miembros, representa a los distritos de cada estado en proporción a su población. En cambio, el Senado está formado por 100 senadores, con dos representantes por estado, independientemente de su tamaño poblacional.

Los representantes de la Cámara son elegidos por un periodo de dos años en elecciones directas y deben cumplir ciertos requisitos: ser ciudadanos estadounidenses, tener al menos 25 años y residir en el estado que representan. Esto significa que personas que nacieron en otros países, pero son ciudadanos estadounidenses, pueden ser congresistas, como es el caso de Ted Cruz y George Santos.

Los senadores, por su parte, son elegidos para un periodo de seis años. Para ser senador, hay que tener al menos 30 años, ser ciudadano estadounidense desde hace nueve años y residir en el estado que representan. Las elecciones del Senado son escalonadas, renovando aproximadamente un tercio cada dos años, lo que contribuye a la estabilidad y experiencia en la cámara.

La Cámara de Representantes desempeña funciones cruciales en la creación de leyes y la supervisión del poder ejecutivo. Entre sus responsabilidades se incluye la exclusividad para iniciar proyectos de ley relacionados con ingresos y impuestos, lo que le otorga un papel fundamental en el presupuesto federal.

Además, la Cámara puede iniciar el proceso de destitución (impeachment) de funcionarios, incluido el presidente, acusándolos de delitos graves. Si se aprueba, el caso se traslada al Senado para su juicio.

Los representantes actúan como intermediarios entre sus distritos y el gobierno federal, asegurando que las preocupaciones de sus electores sean escuchadas en el proceso legislativo. El líder de la Cámara Baja, conocido como 'speaker', ocupa una posición de gran poder, siendo el tercer cargo más importante en la sucesión presidencial.

El Senado complementa las funciones de la Cámara de Representantes. Entre sus principales responsabilidades se encuentra la aprobación o rechazo de los nombramientos del presidente, como jueces de la Corte Suprema y embajadores. Esto garantiza que haya un control sobre las decisiones del poder ejecutivo.

Asimismo, el Senado debe ratificar tratados internacionales negociados por el presidente, requiriendo una mayoría de dos tercios. En los juicios de destitución, el Senado actúa como jurado, con la misma mayoría necesaria para condenar a un funcionario.

Ambas cámaras deben aprobar proyectos de ley antes de que sean enviados al presidente, y el Senado tiene la capacidad de introducir, debatir y enmendar estos proyectos.

El diseño bicameral del Congreso busca equilibrar el poder entre los distintos niveles del gobierno y asegurar una representación equitativa. La Cámara de Representantes se centra en la representación proporcional de la población, mientras que el Senado garantiza igualdad entre los estados. Este sistema previene la concentración de poder en una sola cámara o en el ejecutivo, un problema que se puede observar en otros sistemas políticos.

En años recientes, el Congreso ha enfrentado una creciente polarización política, exacerbada por un sistema bipartidista que ha dificultado el diálogo y el consenso. Las disputas sobre el presupuesto federal han resultado en crisis fiscales y cierres del gobierno. Esta polarización se intensificó durante la presidencia de Barack Obama, cuando la aprobación de Medicare forzó negociaciones complejas entre los partidos.

Durante la administración de Donald Trump, dos juicios políticos reflejaron la intensa división en el Congreso, evidenciando la falta de cooperación entre demócratas y republicanos. Actualmente, muchas iniciativas de Joe Biden, orientadas a mejorar la economía, se encuentran paralizadas por la oposición republicana en temas cruciales como la deuda nacional y el apoyo a Ucrania.

El Congreso de Estados Unidos, con su estructura bicameral y las complejidades de su funcionamiento, es fundamental para la democracia estadounidense, y su capacidad para legislar enfrenta desafíos significativos en el contexto político actual.

Fuente: Excelsior

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