Brasil
Con el apoyo del presidente Lula da Silva, el diputado federal Guilherme Boulos se prepara para la segunda vuelta de las elecciones a la alcaldía de São Paulo, la ciudad más grande de Sudamérica, programada para el 27 de octubre. En las elecciones recientes, más de 155 millones de votantes estaban convocados a las urnas para elegir a los alcaldes y concejales de los 5,569 municipios de Brasil, la mayor democracia de América Latina. En Río de Janeiro, el alcalde saliente, Eduardo Paes, un centrista respaldado por Lula, fue reelegido con un 60% de los votos. Sin embargo, la contienda en São Paulo se destaca como un choque crucial entre el progresismo y la derecha extrema que agita al país.
Ricardo Nunes, actual alcalde de la megalópolis de 12 millones de habitantes y candidato a la reelección, respaldado por el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, ganó la primera vuelta con un 29.5% de los votos, seguido de Boulos, quien obtuvo un 29%. Ambos se enfrentarán en la segunda vuelta, donde se espera que la derecha, posiblemente unida por los seguidores de Pablo Marçal (quien logró un 28% de los votos), intente frenar el avance del candidato progresista.
Boulos afirma que su candidatura representa la mayor alianza progresista en la historia de las elecciones municipales en São Paulo. Su objetivo es construir una ciudad más segura, justa, humana e innovadora, donde todos tengan oportunidades. Critica a Nunes, quien intenta presentarse como moderado, pero ha cedido a las exigencias de Bolsonaro para sostener su candidatura, destacando la figura del coronel Mello Araújo, un excomandante de las fuerzas especiales de la policía militar, conocido por sus declaraciones discriminatorias sobre los habitantes de las favelas.
Pablo Marçal, por su parte, simboliza la rabia y agresividad de la extrema derecha, al difundir noticias falsas y socavar el proceso electoral. Nunes enfrenta investigaciones por malversación de fondos, y Marçal ha sido condenado por fraude bancaria, ambos vinculados a Bolsonaro, que encarna lo peor de la política brasileña. Boulos enfatiza que no se desea que São Paulo caiga en manos de la extrema derecha y de las milicias.
El diputado también menciona el impacto de la extrema derecha en el poder, destacando la situación en Río de Janeiro, donde la criminalidad ha infiltrado las instituciones públicas, resultando en un sistema de salud colapsado y una corrupción desenfrenada. El asesinato de Marielle Franco, concejala del PSOL, simboliza el daño que representa la extrema derecha, y Boulos expresa su deseo de evitar que São Paulo sufra un destino similar, donde los más necesitados queden desatendidos o a merced del crimen organizado.
La lucha contra la desigualdad y el fortalecimiento de los servicios públicos son prioridades en su programa de gobierno, que ha sido elaborado con expertos y gestores públicos. Boulos considera inaceptable que más de 80,000 personas vivan en las calles de la ciudad más rica de América del Sur, y destaca la gran brecha en la esperanza de vida entre los residentes de barrios acomodados y aquellos en las favelas. Propone políticas públicas coherentes en educación, vivienda, salud, cultura, seguridad y urbanismo que promuevan el bienestar social y brinden oportunidades para todos.
En cuanto a las políticas de privatización, Boulos expresa su deseo de garantizar el mejor servicio público posible para los ciudadanos, buscando asociaciones entre el Estado, el Gobierno federal y el sector privado, siempre que se respeten principios de eficacia e integridad. Asegura que no se permitirá la concesión y privatización que perjudique a la población, enfatizando que la administración pública no debe ser un refugio para quienes buscan enriquecerse a costa de la ciudadanía.
Fuente: Nodal