El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, expresó su desacuerdo con las recientes declaraciones de la expresidenta chilena Michelle Bachelet sobre la situación de los derechos humanos en el país. En un mensaje publicado en la red social X, Bukele recordó que durante su mandato, Bachelet visitó El Salvador en 2015 y elogió al gobierno de ese entonces, en un contexto en el que el país enfrentaba altos índices de criminalidad.
“Cuando esta señora fue presidenta, vino a El Salvador en 2015, año en que nos convertimos en el país más peligroso del mundo, y se deshizo en elogios para el gobierno de Salvador Sánchez Cerén”, escribió Bukele. El mandatario hizo referencia a un artículo de un medio chileno que reportó las críticas de Bachelet, quien fue alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, durante un foro celebrado en Guatemala.
Bukele añadió que, a pesar de las críticas de Bachelet, El Salvador ha mejorado significativamente en términos de seguridad, destacando que actualmente es “el país más seguro del Hemisferio Occidental”. En su mensaje, subrayó que muchas organizaciones de derechos humanos parecen enfocarse más en defender a los criminales que en proteger a la población.
Bachelet, en su intervención en Guatemala, destacó que en su visita a El Salvador en 2015 se violaron derechos humanos y que las condiciones en las cárceles son inhumanas. Señaló que hay un gran número de personas detenidas sin el debido proceso, con informes de aglomeraciones y tratos crueles en los centros penitenciarios.
El régimen de excepción en El Salvador, que ha estado en vigor desde marzo de 2022, ha llevado a la detención de más de 81,900 personas, bajo la acusación de ser pandilleros o cómplices. El gobierno atribuye la reducción de la tasa de homicidios a este régimen, que actualmente se sitúa en 2.4 por cada 100,000 habitantes.
Sin embargo, diversas organizaciones de derechos humanos han documentado más de 6,400 denuncias por violaciones a los derechos humanos, incluyendo detenciones arbitrarias y torturas, además de reportar más de 300 muertes de detenidos bajo custodia estatal, muchas de ellas con signos de violencia.
Fuente: SWI