Francia
Francia se encuentra sumida en una tensión política creciente tras la disolución de la Asamblea Nacional por el presidente Emmanuel Macron y la convocatoria de nuevas elecciones legislativas el pasado 9 de junio. Aunque la ultraderecha no logró la victoria esperada, el resultado electoral dejó un escenario político fragmentado, lo que ha complicado la formación de un gobierno sin recurrir a amplias coaliciones. El país enfrenta una situación inédita, similar a la compleja dinámica política de Italia, pero sin la misma capacidad para alcanzar acuerdos.
Desde entonces, el panorama político se ha caracterizado por la división del hemiciclo en tres bloques, ninguno con una mayoría clara. Macron, conocido por su habilidad para manejar los tiempos, ha aprovechado la situación para explorar diversas opciones, mientras la nación permanece en una especie de limbo político. Sin embargo, este lunes surgió una posible solución al bloqueo: la designación de un primer ministro de perfil técnico, Thierry Beaudet, presidente del Consejo Económico, Social y Medioambiental (CESE).
La semana comenzó con la expectativa de un nombramiento inminente. Macron convocó al Palacio del Elíseo a dos posibles candidatos: Bernard Cazeneuve, ex primer ministro socialista, y Xavier Bertrand, presidente conservador de la región Alta Francia. Acompañados por sus respectivos valedores, los expresidentes Nicolas Sarkozy y François Hollande, los dos candidatos simbolizaron la vieja guardia política en una situación que ha mantenido a Francia sin un gobierno operativo durante más de dos meses. El actual gobierno en funciones ya ha superado el récord de 38 días sin un gabinete, alcanzado en 1953.
La impaciencia crece entre la opinión pública, que demanda un gobierno capaz de aprobar los presupuestos y destrabar leyes pendientes. Sin embargo, Macron se muestra cauteloso, buscando un primer ministro que no caiga rápidamente ante una moción de censura, un riesgo latente dada la fragmentación actual.
En Francia, la Constitución no exige una votación de investidura para el primer ministro, pero el presidente debe asegurarse de que el gobierno pueda resistir una moción de censura. Hasta el domingo, Cazeneuve parecía el candidato más fuerte para lograr una mayoría estable y plural, comprometida con la defensa de la Unión Europea. Sin embargo, su candidatura fue debilitada por la oposición del secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, quien advirtió que censuraría cualquier continuidad con el macronismo.
Es en este contexto que surge la opción de Beaudet, una figura técnica que podría representar un alejamiento de los partidos tradicionales. Macron considera que ninguno de los bloques políticos ganó claramente las elecciones legislativas y que los partidos han sido incapaces de formar una coalición. Beaudet, con 62 años y un historial como presidente de la Federación Nacional de Mutualidades Francesas, se presenta como una opción neutral, alejada de las manchas políticas y con experiencia en la interlocución con la sociedad civil y los agentes sociales.
Aunque Beaudet genera consenso en sectores progresistas, como lo señala Laurent Berger, ex secretario general del sindicato CFDT, su falta de experiencia parlamentaria en un momento de alta tensión política podría ser un obstáculo. El nuevo primer ministro tendrá que navegar en una Asamblea Nacional fragmentada, donde el Nuevo Frente Popular (NFP) de Jean-Luc Mélenchon, con 193 diputados, es la primera fuerza, seguido por el bloque presidencial con 166 diputados y el ultraderechista Reagrupamiento Nacional con 126.
En este contexto complejo, el desafío para el nuevo inquilino de Matignon será enorme, y la pregunta sigue siendo si un primer ministro técnico como Beaudet puede ser la solución para estabilizar la política francesa.
Fuente: El País