Estados Unidos
Este jueves en Chicago, Kamala Harris pronunció el discurso más trascendental de su carrera política. Después de cuatro años en la sombra de Joe Biden, la vicepresidenta de Estados Unidos tuvo su gran noche al aceptar la candidatura demócrata a la presidencia. En un momento cargado de emoción, Harris aprovechó la oportunidad para presentar su visión de unidad a los estadounidenses, posicionándose como la líder adecuada para guiar al país en un momento decisivo. En su intervención, advirtió sobre los peligros que representaría el regreso de Donald Trump al poder, al mismo tiempo que marcó un hito histórico al convertirse en la primera mujer negra y de origen asiático en estar tan cerca de la Casa Blanca.
El reto de Harris no era menor. A lo largo de la convención celebrada en el United Center, el escenario ha visto desfilar a figuras de la talla de Barack y Michelle Obama, Bill Clinton, y Oprah Winfrey. Sin embargo, Harris, con su habilidad oratoria y una campaña en alza, logró cautivar al público con un discurso que reflejó su determinación y capacidad de liderazgo. Su risa contagiosa, junto con los lemas de campaña que han resonado rápidamente ("No retrocederemos", "Si luchamos, ganamos..."), acompañaron un cierre de convención que, hace apenas un mes, pocos hubieran imaginado.
Durante su discurso, Harris centró su mensaje en la necesidad de unidad en un país dividido. "En estas elecciones, nuestra nación tiene una oportunidad única para superar las divisiones del pasado. No como miembros de un partido, sino como estadounidenses", afirmó con convicción. Se dirigió a los ciudadanos de diferentes inclinaciones políticas, asegurándoles que su presidencia sería para todos, apelando al voto de los independientes e indecisos, cuya decisión será crucial el próximo 5 de noviembre. Harris también destacó la importancia del voto femenino, utilizando el tema del aborto como punto central: "¿Por qué no confían en las mujeres?", desafió a los republicanos. "Nosotros sí confiamos en las mujeres", añadió con firmeza.
Aunque su discurso no profundizó en propuestas programáticas, Harris abordó temas clave como el derecho al aborto, la protección del derecho al voto, y la regulación de armas. También prometió fortalecer la frontera, criticando a Trump por socavar las leyes migratorias. En política exterior, reafirmó su apoyo a Ucrania y a los aliados de la OTAN, y pidió un alto el fuego inmediato en Gaza, mientras urgía la liberación de los rehenes. A pesar de que su discurso se centró en aspectos generales, logró equilibrar firmeza con optimismo, una combinación que resonó con su audiencia.
El llamado a la unidad no impidió que Harris atacara a su rival electoral. "Donald Trump no es un hombre serio, pero las consecuencias de su regreso a la Casa Blanca serían extremadamente graves", advirtió, recordando el asalto al Capitolio y el reciente fallo del Tribunal Supremo que podría otorgar inmunidad penal a Trump. Durante toda la convención, los demócratas han planteado esta elección como una batalla entre la fiscal y el delincuente.
Los demócratas también han pintado a Trump como un egoísta que solo se preocupa por sí mismo y por los ricos, en contraste con Harris, quien se compromete a trabajar por todos los estadounidenses. "Sabemos que una clase media fuerte es fundamental para el éxito de Estados Unidos, y construir esa clase media será un objetivo clave de mi presidencia. Esto es personal para mí. Vengo de la clase media", declaró Harris, subrayando su origen humilde.
Harris también habló de su historia personal, relatando cómo su madre viajó sola desde la India a California para perseguir su sueño de ser científica. Este relato humanizó a la candidata, reforzando su imagen como alguien que entiende los desafíos que enfrentan los ciudadanos comunes.
La nominación de Harris es histórica no solo por su origen, sino también porque es la primera candidata en ser nominada sin pasar por unas primarias desde 1968. A diferencia de las disputadas primarias de 2020, en las que Biden se ganó la nominación tras una dura batalla, Harris ha transitado un camino más fácil, pero no exento de desafíos. Ahora, enfrenta una campaña frenética en la que su popularidad ha subido rápidamente, aunque, como bien sabe Hillary Clinton, eso no garantiza una victoria.
Mientras Trump pintaba un panorama apocalíptico desde la frontera en Arizona, Harris optó por el optimismo: "Veo un Estados Unidos en el que creemos que todo es posible, nada está fuera de nuestro alcance". Este mensaje de esperanza marca un contraste claro con su rival, y con él, Harris busca conquistar a un electorado que, a pesar de no pronunciar su nombre correctamente, podría llevarla a la Casa Blanca.
El cierre de filas dentro del Partido Demócrata en torno a Harris ha sido casi unánime. Cuatro presidentes demócratas han respaldado su candidatura, comenzando por el propio Biden. Barack Obama, Bill Clinton y hasta Jimmy Carter, a través de su nieto, han expresado su apoyo a Harris, describiéndola como la líder que el país necesita en este momento.
"Elegir a Kamala Harris fue la mejor decisión de mi carrera", declaró Biden. "Estados Unidos está listo para un nuevo capítulo", añadió Obama. Por su parte, Clinton elogió su visión, experiencia, y determinación, señalando que Harris representa la continuidad de una nueva generación de líderes demócratas.
Este jueves, antes de su discurso, unas sobrinas de Harris subieron al escenario para enseñar al público cómo pronunciar su nombre, Kamala, un nombre sánscrito que significa flor de loto, un símbolo significativo en la cultura india. Harris, con su estilo único, está dispuesta a romper el techo de cristal, marcando un nuevo capítulo en la historia política de Estados Unidos.
Fuente: El País