Nicaragua
La resolución de la crisis social y política que ha azotado a Nicaragua desde abril de 2018 pasa por el diálogo y la negociación, concluyó el exvicecanciller nicaragüense Víctor Hugo Tinoco en un reciente estudio que examina los últimos 50 años de la historia política del país centroamericano.
En su análisis, elaborado como parte de una beca del organismo Expediente Abierto y compartido este domingo, Tinoco subraya que la negociación representa una de las oportunidades más viables para que Nicaragua supere su crisis actual. Para ello, instó a las partes involucradas a crear las condiciones necesarias para el diálogo.
“¿Qué se necesita para negociar? Que ambas partes sientan la necesidad de hacerlo, al darse cuenta de que no hay otra salida viable”, afirmó Tinoco, quien fue liberado y expulsado de Nicaragua en febrero de 2023. Tras su exilio, fue despojado de su nacionalidad y bienes bajo cargos de “traición a la patria”.
Tinoco, exguerrillero y exembajador de Nicaragua ante la ONU, así como vicecanciller durante el primer gobierno sandinista (1979-1990), destacó que el éxito de cualquier negociación requiere de incentivos variados, tanto positivos como negativos, que motiven a las partes a sentarse en la mesa de diálogo.
El exvicecanciller también enfatizó la importancia de establecer “formas y factores de presión” que fomenten un ambiente propicio para la negociación.
Tinoco, quien fue miembro del directorio nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y diputado en tres períodos legislativos, explicó que el primer incentivo para una negociación exitosa es la “voluntad” de las partes involucradas y de sus respectivos “padrinos”.
Como ejemplo, recordó que las elecciones de febrero de 1990 en Nicaragua se celebraron en medio de una guerra civil porque los padrinos de los sandinistas y de la “contrarrevolución” decidieron que era necesario llegar a un acuerdo.
“Los primeros en negociar, aunque muchos no lo acepten, fueron Estados Unidos y la extinta URSS. Ellos acordaron que esa guerra debía terminar”, relató Tinoco.
Basado en su experiencia como negociador por los sandinistas en los procesos de paz, Tinoco subrayó que el curso de los acontecimientos se define tanto al optar por negociar como al rechazar hacerlo. Recordó cómo la negativa del presidente y dictador nicaragüense Anastasio Somoza Debayle a negociar con Estados Unidos, su “padrino”, sobre una transición de poder, contribuyó a su caída en 1979.
“Estoy convencido de que si Somoza y su entorno hubieran comprendido la necesidad de negociar, los acontecimientos en Nicaragua hubieran evolucionado de manera diferente”, reflexionó.
Tinoco señaló otro ejemplo de la importancia de la negociación: la falta de acuerdo entre los liberales liderados por el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2002) y los dirigidos por el excanciller Eduardo Montealegre en las elecciones de 2006. La decisión de ir divididos permitió que Daniel Ortega regresara al poder en 2007.
“La incapacidad de negociar definió el curso de los acontecimientos y ha contribuido a la actual deriva autoritaria que todos los nicaragüenses estamos sufriendo”, advirtió.
En consecuencia, Tinoco aconsejó a la oposición crear un “directorio político”, establecer una “hoja de ruta” y preparar un “programa de gobierno” para estar listos ante cualquier eventual llamado a negociar por parte de Ortega, quien está próximo a cumplir 79 años.
Según Tinoco, el régimen autoritario de Ortega enfrenta múltiples desafíos, desde el aislamiento internacional hasta la pérdida de apoyo social y la necesidad de una transición familiar, lo que podría llevar al gobierno a buscar una salida negociada.
“La única salida viable, porque ni los actores nacionales ni internacionales desean una guerra, es encontrar una solución a través del diálogo y la negociación, con concesiones recíprocas”, concluyó Tinoco.
Finalmente, subrayó que el proceso culminaría con la celebración de elecciones libres y genuinas, lo que describió como “la cereza del pastel” en su análisis.
Fuente: SWI