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Científicos de la NASA han revelado el descubrimiento de posibles señales de vida microscópica en una roca marciana, denominada Cataratas de Cheyava, ubicada en el cráter Jezero. Este hallazgo sugiere que hace miles de millones de años pudo haber existido vida en Marte. La roca fue encontrada en un antiguo lago donde anteriormente se detectaron varios compuestos orgánicos.
"La roca muestra firmas químicas y estructuras que podrían haber sido formadas por vida hace miles de millones de años, cuando el área explorada por el Perseverance contenía agua corriente", explicó la NASA en un comunicado. Sin embargo, la agencia aclaró que se están considerando otras explicaciones para las características observadas y que se necesitan más investigaciones para confirmar la hipótesis de vida antigua.
El análisis realizado por el róver Perseverance reveló que las "manchas de leopardo" presentes en la roca podrían ser indicadores de vida antigua. La roca, de aproximadamente un metro de largo por medio metro de ancho, contiene compuestos orgánicos, considerados como los componentes básicos de la vida. Aun así, la NASA advierte que estas moléculas también pueden formarse mediante procesos no biológicos.
"No podemos afirmar que esto sea una señal de vida", declaró Katie Stack Morgan, científica adjunta del proyecto Perseverance de la NASA. "Pero esta es la muestra más convincente que hemos encontrado hasta ahora".
Ken Farley, científico del proyecto Perseverance de Caltech, describió a Cataratas de Cheyava como "la roca más desconcertante, compleja y potencialmente importante investigada hasta ahora por el robot Perseverance". Farley destacó la detección convincente de material orgánico y evidencias claras de que el agua, esencial para la vida, pasó por la roca. Sin embargo, señaló que aún no se ha podido determinar cómo se formó la roca ni el impacto de las rocas cercanas en su formación.
Este descubrimiento reaviva el debate sobre la necesidad de traer muestras de Marte a la Tierra para un estudio más detallado, un plan que NASA ha reconsiderado debido a su alto costo. "Hemos bombardeado esa roca con láseres y rayos X, y la hemos fotografiado desde casi todos los ángulos posibles", dijo Farley. "Para comprender plenamente lo que ocurrió en el valle fluvial marciano del cráter Jezero hace miles de millones de años, necesitamos traer la muestra de Cataratas de Cheyava a la Tierra para estudiarla con los potentes instrumentos disponibles en nuestros laboratorios".
David Flannery, astrobiólogo y miembro del equipo científico de Perseverance en la Universidad Tecnológica de Queensland, en Australia, comentó que las manchas encontradas son una gran sorpresa. "En la Tierra, este tipo de características en las rocas a menudo se asocia con el registro fosilizado de microbios que vivieron en el subsuelo".
Ester Lázaro, astrobióloga del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), subrayó la importancia de estudiar las muestras en la Tierra para obtener conclusiones más precisas. "Es cierto que hay signos que lo hacen interesante", señaló, destacando el paso del agua, los compuestos orgánicos y las reacciones químicas compatibles con microorganismos. Sin embargo, advirtió que los compuestos orgánicos no siempre indican vida.
Alberto González Fairén, también del Centro de Astrobiología, enfatizó que estos elementos combinados en una sola roca no se habían identificado juntos en Marte hasta ahora. Aunque consideró el hallazgo relevante, insistió en la necesidad de un análisis más profundo. "Es necesario determinar el origen y formación de la roca, su interacción con otras rocas y elementos del entorno, y el origen de las venas de sulfato de calcio y los microcristales de olivino".
Este anuncio recuerda a Lázaro el hallazgo de 1996, cuando se anunció la detección de restos de vida en un meteorito marciano, que resultó no ser concluyente. En 2014, el robot Curiosity descubrió una fuente de metano en Marte, y en 2022, encontró muestras de roca enriquecidas en isótopos de carbono, lo que en la Tierra sería casi indiscutible como evidencia de vida microbiana. Sin embargo, Lázaro concluye que es necesario perforar por debajo de la superficie marciana para encontrar signos de vida activa.
Fuente: El País