Canadá
El Ministro de Inmigración, Marc Miller, ha declarado que el gobierno federal sigue explorando opciones para otorgar estatus a algunas de las personas indocumentadas en Canadá, estimadas entre 300.000 y 600.000. Sin embargo, Miller ha señalado que no existe un consenso claro sobre el tema, ni en el país ni dentro del propio gobierno.
En una entrevista con The House de CBC, Miller expresó su apoyo a la idea desde una perspectiva humanitaria y económica, pero reconoció la falta de acuerdo en la sociedad canadiense y dentro del caucus liberal, lo cual le lleva a reflexionar sobre cualquier acción futura.
“A nivel humanitario y económico tiene sentido”, comentó Miller a la presentadora Catherine Cullen. “Pero no creo que haya un consenso en Canadá sobre esto. Incluso dentro de nuestro caucus, hay divisiones. Eso me hace detenerme”.
Los liberales se comprometieron a finales de 2021 a buscar formas de regularizar el estatus de los trabajadores indocumentados que contribuyen a las comunidades canadienses, sin embargo, no se ha establecido un cronograma para implementar esta propuesta.
El primer ministro Justin Trudeau, en declaraciones de mayo, mencionó la necesidad de un camino hacia la regularización y la ciudadanía, destacando también la importancia de acelerar algunos procedimientos de deportación.
Miller, en una entrevista anterior con Globe and Mail, estimó que el número de indocumentados en Canadá oscila entre 300.000 y 600.000, aunque fuentes académicas citadas por el gobierno sugieren un rango más amplio de 20.000 a 500.000.
“No son canadienses, pero están completamente integrados en la sociedad”, afirmó Miller. “Están trabajando en el mercado gris debido a la falta de documentos adecuados”.
El gobierno enfrenta presiones de grupos pro-inmigrantes, como la Red de Derechos de los Migrantes, cuyo director ejecutivo, Syed Hussan, ha instado a Miller a avanzar con la propuesta de regularización, calificándola como una prueba del compromiso de Trudeau con la igualdad y la inclusión.
A pesar de las discusiones en curso, el gabinete aún no ha llegado a un acuerdo sobre el tema. La inmigración sigue siendo un punto de debate político, especialmente en relación con la asequibilidad de la vivienda. Una encuesta reciente mostró que muchos canadienses creen que las altas tasas de inmigración están aumentando la presión sobre el mercado de la vivienda.
El líder conservador Pierre Poilievre ha prometido vincular la inmigración al número de viviendas construidas y la capacidad del sistema de salud, aunque no ha especificado si reduciría los objetivos de residentes permanentes o no permanentes.
Miller, al comentar sobre programas de regularización en otros países, reconoció tanto los éxitos como las controversias asociadas. Aunque apoya la regularización, subraya que la decisión final no depende solo de él.
“Creo que este es el momento adecuado”, concluyó Miller. “Pero no soy la voz final en esto ni debería serlo”.
Fuente: Diario El Popular