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A seis meses de la contienda electoral, los candidatos principales no logran conquistar el favor del electorado estadounidense, que parece desencantado con las opciones presentadas. En una encuesta reciente de ABC News/Ipsos, tanto el presidente Joe Biden como el ex presidente Donald Trump tienen tasas de aprobación de apenas el 35% y el 33%, respectivamente. Sin embargo, el 81% de los votantes considera a Biden demasiado mayor para un nuevo mandato, mientras que un 55% opina lo mismo acerca de Trump.
A pesar de esta falta de entusiasmo por los principales contendientes, ambos candidatos siguen más o menos empatados en las encuestas. Pero la verdadera lucha parece ser entre quién será el menos rechazado por la mayoría del electorado. Las campañas de ambos se centran en demonizar al otro, advirtiendo que la democracia misma está en peligro si el rival gana las elecciones.
Además, esta elección está marcada por un evento sin precedentes: un ex presidente enfrentando juicio criminal por múltiples cargos. Uno de los juicios en curso acusa a Trump de falsificar documentos empresariales para ocultar pagos a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels durante la campaña de 2016. La presencia de Daniels en el tribunal para testificar contra Trump ha agregado un elemento de drama a este juicio, que ya ha sido descrito como una saga de telenovela sobre sexo, encubrimiento y posibles pagos ilícitos.
A pesar de la gravedad de los cargos en su contra, Trump continúa manteniendo el apoyo de una parte significativa de su base, con un 80% de sus seguidores afirmando que permanecerán leales incluso si es declarado culpable en los juicios pendientes. Sin embargo, su estrategia para desestimar los cargos como una persecución política y acusar a los demócratas de intentar sabotear su candidatura también está en juego. Biden y sus aliados advierten que un segundo mandato de Trump podría significar el fin de la democracia en Estados Unidos, citando su papel en incitar el asalto al Capitolio como un ejemplo de sus tendencias antidemocráticas.
A medida que se intensifica la retórica política, algunos aliados de Trump incluso sugieren la posibilidad de un conflicto armado, lo que refleja la creciente polarización y el clima de violencia política en el país. Mientras tanto, otros candidatos presidenciales "independientes", como Robert F. Kennedy Jr., Cornel West y Jill Stein, intentan capitalizar el descontento popular con las principales opciones partidistas.
En resumen, a seis meses de las elecciones, el panorama político en Estados Unidos se caracteriza por la falta de entusiasmo por los candidatos principales, la polarización extrema y la incertidumbre sobre el futuro de la democracia en el país.
Fuente: La Jornada
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