Chile
El homenaje que se rindió en la Cámara de Diputados al expresidente Salvador Allende este lunes terminó de manera abrupta. Esto luego que la bancada de la UDI hiciera uso de la palabra para criticar al fallecido líder del gobierno de la Unidad Popular (UP), lo que encendió los ánimos en la corporación.
El comité gremialista designó al diputado Gustavo Benavente para intervenir en la Sala. “Al inicio de su gobierno se notó la tolerancia de la UP respecto del actuar impune de grupos armados, cuyas actuaciones eran incentivadas por el propio gobierno, lo que fue aumentando cada vez más...”, aseguró el legislador en el hemiciclo antes de que el presidente de la Cámara, Ricardo Cifuentes (DC), lo interrumpiera por primera vez y le aplicara “un llamado de atención”, ya que sus palabras no se ceñían al sentido de un homenaje que se realizaba, en el que participaron las bancadas del PS, del PC, del Frente Amplio y del grupo PPD Independientes. La DC, por su parte, hizo un mea culpa histórico.
La situación fue escalando y tensó cada vez más el ambiente, hasta que Benavente se trenzó en una discusión con las vicepresidentas de la Cámara, las diputadas Carmen Hertz (PC) y Daniella Cicardini (PS), a la que se sumó el resto de la bancada UDI. Al parlamentario UDI que se le aplicó el artículo 91 del reglamento, que priva del uso de la palabra al sancionado mientras dure la sesión. Esa medida, además, tiene asociada una multa del orden de 224 mil pesos.
Este martes, Benavente defendió la intervención de su bancada en la Cámara, asegurando que “decidimos no restarnos toda vez que consideramos que era necesario puntualizar con total respeto los hechos históricos respecto de la gestión presidencial de Salvador Allende”.
Sobre su alocución, el legislador detalló que “puntualizamos su trayectoria (…) y después empezamos a precisar ciertos hechos históricos, pero lamentablemente no se nos dejó terminar. Yo creo que ayer se manifestó a mi juicio lo es la izquierda en su plenitud, que, frente a la historia, frente a ciertos hechos que son irrefutables se desesperan y aplican de una u otra manera la cancelación, puesto que no quieren que se les recuerde lo que realmente ocurrió”.
Fuente: La Tercera