Venezuela
Redacción Sufragio
En el escenario de la Reunión de los países firmantes del Tratado de Cooperación Amazónica (TCA), con la presencia de representantes de naciones invitadas, se ha alzado una voz sólida y comprometida en favor de la vida y el equilibrio ecológico. La vicepresidenta de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez, ha hecho un llamado a la comunidad internacional a emprender un diálogo global por la vida, un diálogo que trascienda fronteras y unifique a los países de los bosques tropicales con los grandes emisores de carbono.
Con pasión y convicción, la funcionaria venezolana resaltó la aspiración del presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, por la protección y preservación de la Amazonia, y propuso que este sueño sea compartido y abrazado por todas las naciones del mundo. En un evento de trascendencia histórica en el ámbito ambiental, Rodríguez enfatizó que se han alineado las perspectivas y se han establecido las bases para abordar uno de los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo.
En el centro de su discurso, se encuentra la propuesta de llevar a cabo un diálogo sin precedentes por la vida, en el cual participen tanto los productores de carbono como los guardianes de los principales bosques tropicales del planeta. Reconoció que la preocupación por la salud del planeta es compartida por todos, independientemente de su papel como productores de energía o su estatus económico. La voz de Venezuela es clara y firme: es necesario un entendimiento global que incluya a los principales emisores de carbono y los custodios de los ecosistemas vitales.
La vicepresidenta ejecutiva subrayó la relevancia de incluir en esta discusión a los grandes emisores de carbono, enfocándose en una responsabilidad común compartida pero también en una responsabilidad diferenciada, particularmente hacia aquellos países del norte que han tenido un papel destacado en la emisión de carbono. Este enfoque, basado en la justicia y el entendimiento mutuo, busca sentar las bases para una colaboración efectiva y un compromiso real con la sostenibilidad planetaria.
Rodríguez también saludó la presencia de los organizadores de la COP 28 en este encuentro, reconociendo su papel crucial en la implementación de las propuestas discutidas. Enfatizó que esta es la vía para traducir las ideas extraordinarias discutidas durante estos dos días en acciones concretas y tangibles.
La visión planteada por Venezuela es una propuesta humilde pero concreta, cuyo objetivo es hacer del sueño de Lula un sueño compartido por toda la humanidad. En este contexto, la adopción del documento "Unidos por Nuestros Bosques: Comunicado Conjunto de los Países Forestales en Desarrollo en Belém" se erige como un ejemplo tangible de la determinación de Venezuela y otras naciones en la defensa de la Amazonia y en la búsqueda de soluciones colaborativas que aborden los desafíos económicos, ecológicos y sociales que la región enfrenta.
En última instancia, este evento no solo representa un punto culminante en la historia ambiental del planeta, sino también una oportunidad para construir una unión mundial en pos de la vida y la sostenibilidad, trascendiendo fronteras y diferencias para abrazar un futuro en armonía con la naturaleza.