Ecuador
Redacción Sufragio
El próximo domingo 20 de agosto, los ecuatorianos enfrentan una elección trascendental en la que decidirán quién ocupará la presidencia de su país, tras la disolución de la Asamblea y el adelanto de los comicios generales por parte del actual mandatario, Guillermo Lasso. Estos comicios se celebran en un contexto de violencia y zozobra, marcado por el trágico asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio.
Sin embargo, la elección no solo se trata de seleccionar al sucesor de Lasso en el gobierno central. También se plantean cuestiones cruciales para el país mediante dos consultas populares. Estas consultas buscarán determinar si la población desea detener o permitir la explotación petrolera y minera en las áreas de mayor biodiversidad del territorio ecuatoriano.
La primera de estas consultas, a nivel nacional, se centra en la exploración petrolera del Bloque 43 o ITT, ubicado en la región amazónica conocida como Yasuní. Los defensores de la opción "sí" argumentan que preservar esta zona de gran biodiversidad es fundamental y que las comunidades locales deben tener la autonomía de decidir sobre la exploración. Por otro lado, los partidarios del "no" sostienen que cerrar una planta de extracción en funcionamiento afectaría los recursos esenciales del país y requeriría una inversión considerable por parte del Estado.
El Bloque ITT, conformado por los campos de Ishpingo, Tambococha y Tiputini, ganó relevancia en 2007 cuando el expresidente Rafael Correa presentó la iniciativa Yasuní. Esta propuesta buscaba dejar bajo tierra cerca de 850 millones de barriles de petróleo a cambio de compensación internacional para evitar la emisión de dióxido de carbono. Sin embargo, la iniciativa no tuvo éxito y en 2013, Correa autorizó la exploración.
La segunda consulta se relaciona con la actividad minera en la reserva natural del Chocó Andino, situada en el noroeste de Quito. A diferencia de la consulta sobre Yasuní, esta solo involucra a los residentes de la capital ecuatoriana. El Chocó Andino alberga una biodiversidad impresionante y también es escenario de concesiones mineras en etapas tempranas de exploración. Grupos como "Quito sin Minería" han impulsado esta consulta para proteger el medio ambiente y evitar daños irreversibles en la región.
La elección se presenta como un dilema entre conservación y desarrollo económico. Aunque los defensores de la consulta argumentan que es necesario proteger el medio ambiente y los derechos de las comunidades indígenas, los críticos advierten que detener la explotación podría perjudicar las finanzas del país y sentar un precedente negativo para las inversiones. En medio de esta encrucijada, los ecuatorianos enfrentan la responsabilidad de definir el rumbo de su país en cuanto a su relación con los recursos naturales y el entorno.