Chile
Redacción Sufragio
En una jornada cargada de tensión y simbolismo histórico, la Cámara de Diputados y Diputadas de Chile se vio envuelta en un debate profundo y controvertido este martes. La solicitud proveniente de la oposición de derecha y extrema derecha, de leer una resolución parlamentaria suscrita hace cinco décadas, desencadenó momentos de fuerte emoción y división.
La resolución en cuestión, datada el 22 de agosto de 1973, emerge como un recordatorio impactante de los acontecimientos que precipitaron el golpe de estado militar y la posterior dictadura encabezada por el general Augusto Pinochet. Con un margen de votos que reflejó la polarización vigente, el pleno de la cámara aprobó la lectura de esta declaración que en su momento denunció el "grave quebrantamiento del orden constitucional" bajo el liderazgo del Gobierno democrático de Salvador Allende. En esa misma época, los diputados de aquel entonces instaron a las fuerzas de seguridad a intervenir para restablecer la "convivencia democrática", un llamado que en retrospectiva sirvió como preludio al golpe de septiembre de 1973.
El bloque conservador Chile Vamos, compuesto por Renovación Nacional, Unión Demócrata Independiente y Evópoli, junto al Partido Republicano de orientación ultraderechista, unieron sus voces en un respaldo unánime a la resolución histórica, solicitando incluso una lectura minuciosa, punto por punto.
El hemiciclo se convirtió en un escenario de intensas emociones, marcado por los llamamientos a la justicia y la verdad. Mientras algunos diputados de izquierda abandonaban la sala en señal de protesta, portando imágenes de las víctimas de la dictadura y gritando consignas contra los perpetradores, la congresista Carmen Hertz, de tendencia comunista y vicepresidenta de la cámara, dejaba entrever una herida personal profunda al haber perdido a su esposo en manos de la represión de la "Caravana de la Muerte", una unidad represora que sembró el terror en los días subsiguientes al golpe.
El panorama político actual difiere notoriamente del contexto de hace cinco décadas. Mientras en aquel entonces la Democracia Cristiana votó a favor de la resolución, en esta ocasión ha cambiado su postura, alineándose con el oficialismo y expresando una perspectiva distinta en relación con aquel episodio histórico.
En medio de esta encrucijada histórica, las palabras del diputado Gonzalo Winter, representante del oficialista Frente Amplio, resuenan con una llamada a la reflexión profunda. Subrayó que el Congreso tiene la oportunidad única de reconocer y disculparse por la declaración infame que precedió al golpe de estado, un acuerdo que marginó a la Cámara de la legalidad y promovió la violencia como instrumento de resolución política.
La polarización que rodea la conmemoración de los 50 años del golpe de 1973 se ha convertido en un reflejo de las heridas históricas que persisten en la sociedad chilena. La propuesta del presidente Gabriel Boric de convocar a los partidos para firmar una declaración conjunta en torno a esos eventos ha suscitado debate y reticencias, particularmente de parte de la derecha y la extrema derecha.
El ministro chileno de Justicia y Derechos Humanos, Luis Cordero, ha hecho hincapié en la persistencia de la invitación del presidente, sugiriendo un posible acuerdo de menor envergadura en vista de las diferencias que prevalecen en el panorama político. En un contexto en el que la memoria histórica y la búsqueda de reconciliación se entrelazan, el país enfrenta el desafío de recordar y sanar al mismo tiempo, con la esperanza de construir un futuro basado en el entendimiento y la justicia.