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Chile
Redacción Sufragio
El Congreso Nacional de Chile ha dado un paso histórico al aprobar la Ley de la Naturaleza, una medida largamente esperada por las organizaciones ambientales, científicos y ciudadanos comprometidos con la protección de los valiosos ecosistemas de Chile. Esta nueva legislación establece el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), un organismo público pionero en el país dedicado exclusivamente al cuidado de las áreas protegidas y la biodiversidad, tanto en tierra como en mar.
Durante doce años, las voces preocupadas por la preservación de los ecosistemas chilenos han estado exigiendo una protección más sólida y efectiva. Ahora, con la creación del SBAP, se colma un importante vacío en la infraestructura ambiental de Chile. La ministra secretaria general de gobierno, Camila Vallejo, subrayó la necesidad de una entidad robusta que garantice la verdadera protección de estas áreas, más allá de ser simples delimitaciones territoriales.
Uno de los desafíos que busca abordar el SBAP es la fragmentación en la gestión de las áreas naturales protegidas, actualmente en manos de varios organismos. La ministra de medio ambiente, Maisa Rojas, enfatizó la importancia de una institución pública completamente dedicada a esta tarea, consolidando decisiones y estrategias de manera más coherente y con una perspectiva holística de los ecosistemas.
La ley marca un hito en la protección ambiental chilena al establecer un nuevo ordenamiento de las áreas protegidas, siguiendo los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Se definen distintas categorías de conservación, desde reservas de región virgen hasta áreas de conservación de pueblos indígenas. En las categorías más estrictas, como parques nacionales y monumentos naturales, se prohíbe la explotación comercial de recursos naturales y la instalación de infraestructuras industriales.
No obstante, persisten desafíos. La directora de la organización ambiental Fundación Terram, Flavia Liberona, advierte que la implementación de la ley requerirá financiamiento y capacidades técnicas adecuadas. Es fundamental que el gobierno tome medidas concretas para asegurar que el SBAP pueda cumplir su mandato de manera efectiva y sin comprometer los objetivos de conservación.
Uno de los puntos de controversia durante la discusión legislativa fue la regulación de la salmonicultura en áreas marinas protegidas. A pesar de los impactos conocidos de esta industria en los ecosistemas, el artículo que prohibía esta actividad en todas las áreas marinas protegidas no fue aprobado. La manera en que el SBAP manejará esta situación queda por verse.
En resumen, la aprobación de la Ley de la Naturaleza y la creación del SBAP representan un paso importante para la conservación y gestión sostenible de los valiosos ecosistemas chilenos. Aunque los desafíos son evidentes, esta medida marca un avance significativo en el compromiso de Chile con la protección de su biodiversidad y la preservación de sus áreas naturales.
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