Guatemala
Redacción Sufragio
En un giro histórico para Guatemala, Bernardo Arévalo del Movimiento Semilla emerge como el presidente electo después de una victoria aplastante en la segunda vuelta electoral el 20 de agosto. Sin embargo, la transición hacia su gobierno se ve empañada por una serie de desafíos y amenazas que podrían poner en peligro la estabilidad política del país centroamericano.
A pesar de la aceptación, en su mayoría reacia, de las fuerzas políticas que han gobernado Guatemala en las últimas décadas, Bernardo Arévalo enfrenta la resistencia de aquellos que siguen decididos a detener su ascenso al poder. Incluso se han escuchado rumores de posibles intentos de magnicidio para evitar su toma de posesión como presidente el próximo 14 de enero.
Los opositores a la presidencia de Arévalo incluyen al Ministerio Público bajo la dirección de la fiscal general Consuelo Porras, aliada del presidente saliente Alejandro Giammattei, y un sector del Órgano Judicial, incluido el juez Fredy Orellana. Además, grupos como la ultraderechista Fundación contra el Terrorismo y cibernautas conocidos como "netcenters" se han unido a la oposición en su intento de obstaculizar una transición pacífica de poder.
Arévalo y su vicepresidenta electa, Karin Herrera, han denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) amenazas que incluyen acoso cibernético, seguimientos y planes de atentado en su contra. Aunque las autoridades han alertado sobre planes de pandillas, investigadores y analistas creen que la verdadera amenaza proviene de facciones dentro del propio Estado guatemalteco y sectores conservadores del poder económico.
La comunidad internacional, incluido el gobierno de Estados Unidos bajo Joe Biden, ha mostrado apoyo a Arévalo y Semilla desde su victoria en las elecciones. Sin embargo, Arévalo enfrenta obstáculos significativos en el Congreso, donde su partido tiene una representación limitada y podría enfrentar resistencia a sus políticas progresistas.
A pesar de los desafíos, la elección de Arévalo y Semilla ha representado un cambio en la actitud de la ciudadanía guatemalteca, que busca superar décadas de cooptación estatal y persecución política. A medida que se acerca su toma de posesión, Arévalo se compromete a cambiar el escenario político y a fortalecer las instituciones democráticas.
En un entorno político regional marcado por el autoritarismo y el populismo, la victoria de Arévalo se considera una alternativa a la tendencia, al ofrecer una perspectiva más inclusiva y democrática. Aunque enfrenta meses desafiantes por delante, el apoyo de la comunidad internacional y el compromiso de la ciudadanía podrían ser fundamentales para su éxito en el gobierno y su capacidad para implementar su agenda de cambio.