Internacional | Sudán
El enviado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a Sudán, mediador clave en el brutal conflicto que asola el país, ya no es bienvenido en la nación africana, dijeron las autoridades.
El extenso comunicado emitido por el Ministerio de Exteriores sudanés el jueves en la noche se produce unas semanas después de que el jefe del ejército, el general Abdel Fattah Burhan, exigiese por carta al enviado, Volker Perthes, que fuera destituido de su cargo.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, fue notificado de que Perthes ha sido declarado formalmente “persona non grata”, indicó el ministerio.
Desde el 15 de abril, el ejército sudanés, dirigido por Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), encabezadas por el general Mohammed Hamdan Dagalo, se enfrentan en una violenta lucha por el poder que se ha cobrado la vida de más de 860 civiles, según el Sindicato de Doctores del país, que monitorea las víctimas civiles. Se cree que al cifra real de muertos es mucho más alta.
Desde su nombramiento como enviado especial en 2021, Perthes ha sido un mediador clave, primero durante los fallidos intentos de transición democrática del país y después ante el deterioro de las relaciones entre el ejército y las FAR.
Volker estuvo el jueves en Adís Abeba, la capital de Etiopía, para participar en una reunión con representantes de la Unión Africana y del IGAD, un bloque de ocho naciones de África oriental. Ni la ONU ni el enviado realizaron comentarios de inmediato.
En los últimos meses, el diplomático alemán ha recibido amenazas de muerte y numerosos pedidos de renuncia. En su carta el mes pasado, Burhan acusó a Perthes de “ser partidista” y de contribuir negativamente a las conversaciones previas a la guerra entre los generales y los grupos prodemocráticos en las semanas previas al estallido del conflicto.
En respuesta a estas acusaciones, Volker dijo a The Associated Press que quienes lo amenazaron eran “extremistas” marginales y que en el país había una amplia apreciación por los esfuerzos de la ONU, que ha reubicado su cuartel general en la ciudad costera de Port Sudan.
El conflicto entre los generales ha reducido la capital, Jartum, a un campo de batalla urbano donde muchos distritos no tienen agua corriente ni electricidad.
Ha habido reportes de saqueos y violencia sexual generalizada, incluyendo la violación de mujeres y niñas en Jartum y en la región occidental de Darfur, que ha registrado algunos de los peores combates. Casi todos los casos de agresiones sexuales se atribuyen a las FAR, que no respondieron a un pedido de comentarios.
El miércoles, 297 niños fueron rescatados de un orfanato en la capital, donde estaban atrapados por los combates, explicó UNICEF. La evacuación se produjo tras la muerte de otros 71 menores a causa del hambre y de enfermedades en el mismo centro desde mediados de abril.
Fuente: El Universal