Putin firma la anexión de territorios ucranianos a Rusia

 


Internacional

Antes de la firma de los documentos de anexión, el presidente Vladímir Putin, interrumpido a menudo por fuertes aplausos, pronunció un vitriólico discurso antioccidental, quizá el más duro que jamás antes haya lanzado contra Estados Unidos y sus aliados, a quienes acusó de seguir practicando el «colonialismo». Recordó que en el pasado fueron estados «esclavistas» entregados a la «rapiña». «Ellos deciden qué países son civilizados y cuáles no (...) deciden también quién tiene derecho a la autodeterminación y quién no», refiriéndose a que a Kósovo sí se le reconoció tal derecho, pero no a Crimea, Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.

Aseguró que las «élites occidentales están levantadas contra Rusia» y recordó que EE.UU. «fue el primer país del mundo en emplear armas nucleares, lo que sentó un precedente». Habló también de los «horrores» cometidos por Washington en Corea, Vietnam, Afganistán, Irak o Libia. Denunció una vez más la expansión de la OTAN la existencia de bases americanas por todo el mundo y las alianzas que está tejiendo en Oriente con países como Japón, Australia, Taiwán e India.

El presidente ruso sentenció que «el modelo neoliberal, neocolonial de Occidente está sentenciado». A este respecto se refirió a la moral «satánica» que se defiende en Estados Unidos y Europa «ofreciendo a los niños operaciones de cambio de sexo». Subrayó que «nosotros defendemos los valores tradicionales y religiosos». «Rusia no vivirá según esas normas», aseguró y declaró que «nuestra lucha es por una Rusia histórica más grande».

Según sus palabras, «ellos no necesitan a Rusia, nosotros sí (...) defenderemos nuestra tierra con todas nuestras fuerzas y todos nuestros medios». Refiriéndose a los referendos en las cuatro regiones ucranianas anexionadas, Putin afirmó que «han expresado la voluntad de millones de personas. Es su derecho recogido en la Carta de la ONU». «Se han pronunciado por restaurar nuestra unidad histórica», añadió.

Tras acusar una vez más a Kiev de cometer un «genocidio» en Donbass desde 2014, dar un «golpe de Estado» entonces, y servir a ideales «neonazis», les instó a «cesar inmediatamente las hostilidades y regresar a la mesa de la negociación». Si bien dejó claro que las decisiones sobre la anexiones de Crimea en 2014 y la de cuatro territorios más ahora son "inamovibles".

Durante el acto han estado presentes también parlamentarios y miembros del Ejecutivo ruso.

Fuente: ABC

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