Bites
Javier Marías ha muerto a los 70 años en la Fundación
Jiménez Díaz de Madrid por los problemas derivados de una neumonía bilateral
que le ha mantenido durante dos meses ingresado en el hospital.
Con tristeza despedimos a Javier Marías, uno de los más grandes autores de la literatura en español. Sus libros, eso sí, nos seguirán acompañando: aquí recogemos una pequeña muestra de una carrera absolutamente extraordinaria. #PenguinRecomiendahttps://t.co/oJntlZAOg1
— Penguin España 🐧📚 (@penguinlibros) September 12, 2022
La familia de Javier Marías distribuyó el pasado 14 de
agosto una breve nota a través del departamento de Comunicación del grupo
editorial de Marías, Penguin Random House, donde explicaba que el autor de
Todas las almas estaba "en proceso de recuperación". Pero la gravedad
de la severa afección pulmonar fue en aumento en las últimas semanas, hasta lo
insalvable. El escritor será incinerado en Madrid, su ciudad de nacimiento, en
la absoluta intimidad y no habrá velatorio. En el barrio de Chamberí (habitual
en algunas de sus novelas) pasó la infancia y juventud. Era hijo del filósofo
Julián Marías y de la profesora y traductora Dolores Franco.
Javier Marías deja una obra literaria excepcional. Deja un
rastro de literatura intensísimo. Deja una monarquía heredada donde era el
cabeza de lista y que dio paso a una editorial sagaz y exquisita (Reino de
Redonda). Deja un desacuerdo contra algunas cosas del presente. Deja el eco de
una ironía ágil. Y también deja polémicas desplegadas en artículos. Y deja
traducciones, recuerdos de muchas películas -era sobrino del excéntrico
director Jesús Franco-, incluso una muesca de literatura infantil, Ven a
buscarme. Sí, un cuento para niños del feroz Marías. Y es un escritor que,
felizmente, incomoda. Y es, a la vez, un tipo que alumbra.
Sucede con las novelas de Javier Marías algo muy
interesante. Una primera escena formidable enreda las cosas y deja cabos
sueltos que seguirán sueltos a lo largo de la novela porque no aspiran a
resolverse del todo, porque esa es la forma de indagar en la penumbra y lo
visible, entre lo sabido y lo callado, entre lo oculto y lo aparente, entre lo
apenas adivinado. Un juego de luces y sombras donde los individuos están
expuestos a un misterio, a un vértigo, a una inquietud. Es lo que podríamos llamar
"la voz Marías", esa condición de territorio propio que tienen los
escritores que importan, lo reconocible, el estilo, esa poética que nunca
suplanta, sino que propone y alumbra a quien se acerca. El motivo por el que
gusta su literatura es obvio: se trata de un escritor inteligente de los que
ofrecen, al salir de sus libros, una cierta idea de mundo.
Fuente: El Mundo